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La Colectividad Ucraniana de Berisso

Visita La Plata | 16:07 |

Durante mucho tiempo las zonas de Berisso y La Plata fueron la puerta de entrada y el primer hogar de miles de inmigrantes. Personas que con mucho sudor ayudaron a construir nuestro país, mientras debían huir de los horrores que ocurrían en el suyo. Y justamente el pueblo Ucraniano ha sido uno de los más sufridos a lo largo de las cuatro grandes olas migratorias.

El Padre Dr. Luis Glinka explicaba que “de todas las nacionalidades que forman la inmigración europea, la ucraniana es quizás la única que no figura en el Registro Nacional de Inmigración”. Esto se debe a que Ucrania había perdido su independencia en mano del Imperios Rusos y Habsburgo. Por lo tanto los ucranios que emigraban lo hacían provistos de pasaportes austro-húngaros, rusos o polacos dónde solamente se respetó la confesión religiosa (católica, ortodoxa o bautista). Tristemente esta fue una constante que se mantuvo hasta fines del siglo XX.
Pero pese a todas las dificultades documentales se pudo reconstruir parte de esta historia que también se arraigó en la región del Gran La Plata (Argentina). A lo largo de las cuatro grandes migratorias se estima que llegaron cerca de 70 mil ucranianos, y su descendencia actual se refleja en 350.000 argentinos. Si bien estas cifras parecen bajas en comparación al impacto de otras nacionalidades, la diáspora ucraniana en Argentina es la séptima más grande del mundo. Incluso en algunas zonas del país llegaron a representar al 4-6% de la población.

Puntualmente en el partido de Berisso se consolidó la segunda colectividad más grande. En 1924 se fundó la “Asociación Ucrania de Cultura Prosvita filial Berisso” para la promoción de la cultura. Sus talleres de teatro, danza, gastronomía, educación y servicios sociales se financiaba con los aportes de los afiliados; normalmente trabajadores de los frigoríficos.
En 1930 se organizó el “Círculo de Ex-Combatientes de Berisso” (en 1918 hubo una frustrada guerra independentista), la cual en 1940 se transformó en la “Asociación Ucraniana Renacimiento de Berisso”. La misma tenía un rol más político en función al sueño de recuperar su país. En estos años también se conformó una escuela e Iglesia greco-católica “Nuestra Señora de la Asunción” de rito bizantino.
Con el paso de los años la comunidad se organizó y comenzó a ser muy influyente en la vida cotidiana de la región. Sin ir más lejos, la Asociación Ucrania Prosvita fue una de las 16 organizaciones fundacionales que impulsaron la creación del Partido de Berisso.  Además también son parte fundacional de la Asociación de Entidades Extranjeras (AEE), quienes organizan el mega Festival Provincial del Inmigrante para promover la cultura y la convivencia pacífica de las naciones.

A nivel nacional la herencia cultural es latente en muchos aspectos cotidianos, ideológicos y populares. El “Hetmanato Cosaco” fue uno de los primeros Estados del mundo en promulgar una Constitución Nacional (1764) con división de poderes. Con el paso de los años, posiblemente influenciados por la continua opresión de diversos imperios, se también forjaron y trajeron los valores de la Libertad.
En aspectos más individuales, entre las celebridades argentinas con herencia ucraniana encontramos al Director Técnico de la Selección José Pekerman, el bioquímico y  premio Nobel de Medicina César Milstein, el luthier Marcos Mundstock, el medallista olímpico Pedro Stetsiuk, la meteoróloga Nadia Zyncenko, el bioquímico y virólogo Dr. Pablo Goldschmidt, la pianista Marta Argerich, el folclorista Horacio Eugenio "Chango" Spasiuk y varios importantes empresarios como el fundador de Yerba Rosamonte”; entre muchos otros.


Huyendo de los Genocidios.
Durante la segunda mitad del siglo XIX el gobierno argentino comenzó una política de apertura migratoria para poblar el país y desarrollar la economía. Esta etapa que duró hasta la mitad del siglo XX coincidió con los años más oscuros de la historia europea. Un periodo dónde los ucranianos se llevaron una de las peores partes.
Si bien la ciudad de Kiev es uno de los asentamientos más antiguos de la región, base de la cultura eslava (Rusia y Bielorrusia), durante siglos fueron víctimas de los imperios turcos, mongoles, hunos, godos, tártaros, la mancomunidad polaco lituania, otomanos, austrohúngaros y rusos.
El Hetmanato Cosaco cayó en 1775 ante el reinado de Catalina II de Rusia. Esta situación no solo implicó la pérdida de un gobierno propio, sino que nuevamente el pueblo y la cultura sufrieron las consecuencias. Además de las matanzas, saqueos y violaciones; también se prohibió el idioma ucraniano, se quemaron los libros y se incendiaron las instituciones. Por si no fuera poco, con la muerte del Zar Alejandro III se fomentó el antisemitismo. Los Pogromos contra los judíos se cobraron miles de vidas durante casi un siglo. Parte de este sentimiento se registra en la impresión del libro “El Protocolo de los Sabios de Sion” (1902) con el cual el zarismo intentó justificar las constantes matanzas de civiles. 
Cuándo estalló la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, los ucranianos vieron la oportunidad de levantarse en armas y recuperar su país (1918). Un dato no menor es que la República Argentina fue uno de los primeros Estados en reconocer esta declaración en 1921. Pero lamentablemente los imperios soviéticos y polacos no estaban de acuerdo con el Tratado de Brest-Litovsk (1918), lo cuál terminó con una invasión y disolución del Estado de Ucrania Soberano (1922). 
Sin un gobierno propio que defienda a los ucranianos de los intereses extranjeros, sumado al valor estratégico y económico de sus fértiles llanuras, el pueblo nuevamente fue centro de grandes tragedias humanitarias. La década del 30 se marcó con el Genocidio conocido como “Holodomor”. La colectivización obligatoria de la economía, una sequía excepcional y la discrecional distribución de recursos del dictador Joseph Stalin generó una hambruna generalizada que causó entre 2 y 4 millones de víctimas fatales. También se debe sumar las continuas purgas políticas y encarcelamiento los gulag siberianos. 
En menos de 10 años también comenzó la invasión de la Alemania Nazi, la cual en una primera instancia enfrentó a ucranianos con ucranianos (pro-nazis, pro-soviéticos, liberales, nacionalistas, partisanos). Nuevamente la violación a la soberanía, gobiernos títeres, asesinatos políticos, purgas étnicas, saqueos y discursos de odios en todas las direcciones. Posteriormente, durante décadas, tal vez hasta la actualidad, se utilizó esta división para fomentar continuos actos de opresión gubernamental internos y externos.

Una y otra vez, a lo largo de los siglos, el histórico pueblo ucraniano fue víctima de los intereses e invasiones de sus vecinos: Rusia, Polonia, Austria y Otomanos. Pero no solo perdían sus gobiernos; continuamente se atentó contra su historia, idioma, costumbres, credos, hogares y memorias. Miles de personas que se vieron obligadas a huir para salvar sus vidas. Muchos de ellos llegaron a la Argentina. Muchos de ellos fueron parte de los obreros que ayudaron en la construcción del Partido de La Plata. Muchos de ellos fueron los vecinos que lograron el desarrollo y autonomía de Berisso. Muchos de ellos son nuestros queridos amigos y vecinos.


https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

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