En la base se presenta una fuente escalonada que baña una columna de granito rojo que mide 8 metros de altura y 1,75 de diámetro. En la base del pilar se presentan figuras alegóricas de la incipiente nación y la frase más característica del Almirante: “Es preferible irse a pique antes que rendir el pabellón”. Finalmente, sobre un capitel greco-latino, se erige la imagen de 4 metros realizada en bronce del irlandés Guillermo Brown. Desde lo alto, el militar mira y protege el Río de La Plata, el lugar donde combatió contra las fuerzas realistas y la marina imperial brasilera.
El Primer Almirante.
Pronto se puso a disposición de la Revolución, tanto en la defensa del Río de La Plata como en las rutas logísticas para las fuerzas que luchaban en la Banda Oriental. Casi siempre en condición de inferioridad, luchó en las Guerras por la Independencia, la Guerra contra Brasil, la Guerra Civil Argentina y sirvió como Corsario de bandera Argentina en Centro América (1815-1816). Esta última actividad tenía el objetivo de socavar la economía española y fomentar el espíritu revolucionario. No es casual la elección de los colores celeste/blanco en su banderas: Nicaragua, Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica.
No solo se transformó en el Primer Almirante del país y en el marino más exitoso de toda la historia nacional. También fue quien plantó las bases para la existencia de una escuadra naval militar permanente. Tristemente sus propuestas no siempre fueron bien recibidas. Recién se concretaría en modo profesional durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874).
La Federación de Asociaciones Italianas reúne cerca de 30 asociaciones de la región. En 1988 se fundó el Círculo Sardo de La Plata “Antonio Segni”, quienes desde entonces han realizado incontables aportes culturales en la región; ahora materializados en la esquina de 37 y 25. La Presidente del Círculo Dra María Victoria Llantada Signorini agradeció la amplia cooperación recibida para consolidar un espacio representativo de la Sardegna abierto para toda la comunidad.
Los Nuraghes son estructuras megalíticas características de la isla italiana construidas en el año 1000 AC. Actualmente se conservan unos 8000 Narughes, aunque se cree que pudieron existir más de 30 mil. Aun es desconocido el uso original que tuvieron estas torres que alcanzaban los 20 metros, pero se cree que fueron refugios ante las recurrentes invasiones de otros pueblos.
También se hicieron presentes el Secretario de Espacios Públicos de la Municipalidad Marcelo Leguizamón y el Cónsul General de Italia Iacopo Foti. Ambos anunciaron que junto con FAILAP trabajan un proyecto para la puesta en valor Plaza Italia.
Ubicada en la intersección de las avenidas 1 y 66, adquirió su nombre en 1901 en homenaje al vocal de la Primera Junta de Gobierno Domingo Matheu. Su muy cuidado aspecto y estado de conservación es uno de los ejemplos de compromiso vecinal a lo largo del tiempo.
Iniciado el siglo XX los habitantes de la zona ya estaban preocupados por el uso y apariencia del espacio verde. En 1912, agrupados bajo la “Unión Vecinal Zona Este”, comenzaron a exigir a la municipalidad que emplazara una estatua de Domingo Matheu; vocal de la Primera Junta de gobierno Patrio de 1810 y titular de la Junta Grande de 1811.
En simultáneo, en 1913, tras las continuas críticas estéticas, se aprobó la ley 3469 para desarmar el Monumento a la Primera Junta ubicado en Plaza San Martín. Las estatuas del complejo, realizadas en mármol blanco por el italiano Pietro Costa, fueron distribuidas mayormente en La Plata. Puntualmente la figura de Domingo Matheu encontró su nuevo hogar en 1920 como epicentro del espacio verde 1 y 66.
El esfuerzo y el labor de los vecinos no se redujo con el paso del tiempo. En los años subsiguientes lograron la instalación de dos canchas de bochas, juegos infantiles, bancos, mesas y comenzó una reforestación del predio. Incluso, desde 1989 los platenses de la zona se organizan bajo el nombre de “Amigos y Jubilados de la Plaza Matheu”. Impulsados por la vocación y un incansable amor al barrio, realizan voluntariamente restauraciones periódicas al monumento y al espacio verde que los identifica.
Caminar entre los senderos en es como adentrarse a una red de túneles verdes que lo cubre todo, hasta alcanzar el cielo justo en el centro de la plaza. Esto se debe a que muchas de las especies arbóreas han vivido y gozado de gran salud desde que fueron plantadas en los inicios del siglo XX. Cada pino, tilo, fresno, araucaria y cipres que se encuentra aquí es la prueba fehaciente de lo efectivo y necesario que es la preservación del medioambiente. Además no solo cumplen un rol estético y/o recreativo, también regeneran el aire y controlan la sensación térmica logrando grandes diferencias en verano.
A muy pocos metros de la plaza se encuentra la antigua Casa y Museo del profesor y poeta Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como Almafuerte. Este histórico personaje es particularmente querido y homenajeado en el barrio. Puntalmente en la plaza es muy común ver placas, murales o graffitis con sus icónicas frases vinculadas a la educación y la lucha popular. A fin de cuentas, Pedro Palacios, también conocido como uno de los Cinco Sabios, destacó por transformar su casa en una escuela-comedor para los hijos de los obreros y para los niños de la calle.
Ubicada en la intersección de las avenidas 13 y 60, se trata de una pequeña plaza con dos características especiales. Pese a encontrarse en pleno microcentro platense, su interior tiene tanta paz como las plazas de barrios. Y en segundo lugar, su principal monumento no hace alusión a ninguno de sus dos nombres.
La historia de este espacio verde comienza en 1887 con su demarcación, pero careció de mantenimiento adecuado hasta 1890. Fue en esta década, cuándo por la presión de los vecinos, se delimitaron los caminos internos y se prohibió la circulación a caballo dentro del predio.
Junto a la mayoría de las plazas de la ciudad, en 1901 adoptó su primer nombre. En este caso se la bautizó como Gobernador Máximo Paz (1887-1890). Esta designación no fue muy bien recibido en el espectro político y social porque se trataba de una figura política muy reciente y polémica que había traicionado al sector rochista (fundadores de la ciudad). Según el ex vicegobernador Carlos D´Amico, su candidatura a gobernador había sido financiada por el Presidente Julio Roca como agradecimiento a "Las 3 Traiciones": a los revolucionarios de 1880, a la campaña presidencial de Rocha y al proyecto rochista para la Provincia. Su gestión pasó a la historia por su estilo hiper-personalista, el ahogo presupuestario, las privatizaciones, el remate de las propiedades públicas entre amigos, la casi quiebra el Banco Provincia y por ser protagonista de grandes escándalos de corrupción.
El Monumento a Tamborcito
En 1924 el Consejo General de Educación bonaerense encargó el monumento “Tambor de Tacuarí”, la cual conmemora a Pedro Ríos y la Batalla de Tacuarí, comandada por el Doctor y General Manuel Belgrano en 1811. Construida con un estilo romántico francés, se puede apreciar la figura del niño de 12 años arengando a las tropas nacionales rumbo a la batalla.
Pedro Ríos había nacido en 1798 en la provincia de Corrientes. Al estallar la Revolución de Mayo, el Dr Belgrano encabezó la Expedición al Paraguay. Fue entonces cuándo el preadolescente intentó sumarse a las milicias. Si bien su solicitud fue rechazada, ante la insistencia del niño, Belgrano no tuvo más remedio que incorporarlo como lazarillo (logística de retaguardia). Su bautismo de fuego en la Batalla de Paraguarí como encargado del tambor. Dos meses más tarde, el 9 de marzo de 1811, falleció heroicamente durante la Batalla de Tacuarí. Esta segunda derrota terminó con la expedición de Buenos Aires contra la Intendencia del Paraguay.
La escultura fue realizada por el Félix Pardo de Tavera, un platense oriundo de Filipinas que se especializó en los monumentos realizados en bronce. La calidad de su trabajo puede observarse en el realismo y los detalles de la anatomía de Pedro Ríos. Sus talentos artísticos trascendieron en el tiempo como uno de los principales referentes nacionales del momento. La calidad de su trabajo también se observa en el busto del General San Martín del Salón de los Busto de la Casa Rosada (CABA).
Nuevos Árboles, Nuevos Nombres
Finalmente en 1935 la plaza Máximo Paz fue sometida a una replanificación y forestación que le dieron el aspecto actual. En la actualidad pueden verse ejemplares de castaño de la india, pinos, cipreses, araucarias, robles, guayabas, laureles aromos y cedros.
Cuándo en 1911 se cumplió el Primer Centenario del natalicio del ex Presidente Domingo Faustino Sarmiento se propuso homenajearlo con una plaza en el ingreso del Paseo el Bosque. Pero como este proyecto jamás prosperó. Décadas más tarde, gracias a un aporte anónimo, se retomó la idea en la intersección de las avenidas 19 y 66.
Cuándo se fundó la ciudad de La Plata se pensó en homenajear a los Revolucionarios de Mayo y a la "Generación del 37". Uno de estos personajes fue el ex Presidente Domingo Sarmiento, máximo exponente de la Educación Pública Gratuita, el Conservacionismo y la Modernidad. De este modo, el ingeniero Pedro Benoit y el arquitecto Juan Martín Burgos bautizaron como "Plaza Sarmiento" al predio que se ubicaba en la intersección de las avenidas 19 y 51. Lamentablemente esta primera iniciativa no perduró porque en 1912 fue cedida al gobierno nacional para que instalar el histórico Regimiento de Infantería N°7.
A modo compensatorio, se aprobó un proyecto para construir un gran monumento al ex Presidente en la entrada del Paseo El Bosque. Este suceso iba en sintonía con el Centenario de su nacimiento, pero tristemente jamás se materializó. Primero surgieron demoras y falta de interés. Posteriormente, con el Golpe de Estado de 1955, se designó este lugar como "Plaza Almirante Brown".
El Misterio del Monolito de Sarmiento

Conforme al crecimiento demográfico, el 4 de octubre de 1949 se aprobó la ordenanza municipal 1803 para la urbanización del espacio verde de 19 y 66 mediante una inversión de $50.000 moneda nacional. Fue en este momento cuando apareció sin previo aviso el Primer Monumento a Sarmiento: un monolito realizado por un autor anónimo. Se cree que el autor de este trabajo pudo haber estado relacionado a la municipalidad o a las logias masónicas si se considera que Domingo Sarmiento fue uno grandes líderes masónicos.
Pese a la inconfundible presencia del Maestro de Maestros, tuvieron que pasar otros 17 años para que se oficialice el nombre actual. Fue entonces cuándo en septiembre de 1966 se trasladó la piedra fundacional del inconcluso monumento del Paseo El Bosque y el predio pasó a llamarse “Plaza Presidente Sarmiento”.
Al año siguiente se colocó un mural de mosaico que evoca a la función como docente de Sarmiento, cuando tenia sólo 15 años. Esta obra fue realizada por el artista Ricardo Sánchez. Mientras tanto, la construcción de un gran monumento oficial se siguió postergando hasta caer en el olvido. El 11 de septiembre de 1988, cuándo se conmemoró el Centenario de su muerte, el monolito sumó una placa conmemorativa a encargada por la municipalidad y los vecinos.
Sencilla pero Diversa
Con casi 2 hectáreas de superficie, al igual que otras plazas de la ciudad de La Plata, la riqueza y diseño forestal es una característica identitaria que bañan con sus sombras los diferentes caminos internos. Entre las múltiples especies de árboles y arbustos se pueden encontrar: Tilos, acacias, cipreses, un alméz, palos borrachos, un guarán amarillo, jacarándas, parasoles de la china y otras especies. Esta gran diversidad le hacen un gran homenaje a los primeros ambientalistas del país (Sarmiento)
Con una mezcla de árboles, lomas y llanuras; esta plaza de barrio es ideal para practicas deportivas individuales o colectivas. Además también existen juegos infantiles, una calesita electo mecánica y mesas con tableros de ajedrez.
Aunque se trata de una plaza que sufrió varias demoras y los infortunios con su nombre, no puede negarse que representa varios de los ideales del Gran Maestre 33°. Se trata de un espacio verde fomenta la conservación de la naturaleza, funciona como punto de reunión, brinda sectores para las infancias y también entretenimientos que fomentan la educación.
La Plata – La Autocrítica de Sarmiento
Suele decirse que el ex-Presidente Domingo Faustino Sarmiento era una persona de carácter fuerte y de difícil trato; pero también era portador de una inusual autocrítica, una cualidad poco vista en la política. Su oposición a la Fundación de La Plata es uno de los tantos ejemplos, principalmente porque creía que la mejor opción era construir una nueva Capital Nacional con el nombre “Argirópolis” en la isla Martín García.
Se opuso tanto al proyecto del Dr José Dardo Rocha que decidió ausentarse a la fundación de la ciudad, al igual que el por entonces presidente Julio Argentino Roca. Pero a diferencia de este último, el gran educador cambió de postura a los pocos días y se convirtió en un gran admirador y defensor de La Plata. Un detalle especial es que pese a su inasistencia, el ex mandatario figura en el retrato al óleo realizado en 1882. Esto se debe que Dardo Rocha le tenía un gran aprecio y además necesitaba que la historia recuerde el 19 de noviembre como una gran gesta de unión nacional.
Reconociendo su error, el prócer tomó la costumbre de viajar a la inauguración de los principales edificios educativos, tal como la Dirección General de Escuelas y Cultura en 1884. Dos años más tarde abrió sus puertas el Colegio Normal I por encargo e impulso de Domingo Sarmiento; quien se quejó enérgicamente contra el Presidente Julio Roca por incumplir sus compromisos con la educación en el territorio bonaerense. Esta lamentable situación era consecuencia de los recelos y competencia electoral que tenían Roca y Rocha. Dando el ejemplo con la educación pública, Sarmiento no solo obtuvo parte de los recursos económicos necesarios, sino que también estuvo presente en la designación de la maestra Mary Olstine Graham como Directora. Ella había llegado al país desde los Estados Unidos en 1879 para formar a las primeras camadas docentes primarias profesionales del país.
Domingo Sarmiento, estando ya en sus últimos años de vida, opinó en el diario El Debate (11 de noviembre de 1885) su más profunda admiración por la Capital de la Provincia de Buenos Aires:
“Siéntase el visitante de Buenos Aires en el mundo que ha soñado porque La Plata es el pensamiento argentino, tal como viene formándose e ilustrándose hace tiempo, sin que nadie se de cuenta de ello (...) Me despido de La Plata reconfortado, revivido, pues antes de ver lo que somos, y podes conjeturar lo que seremos cuando se acaben de derrochar las tierras públicas, ya que no podemos derrocarlas, dudaba de la fuerza vegetativa y de los progresos morales y sociales que hacemos, para salir del molde colonial que en La Plata ha sido dejado para inventar habitantes con moradas modernas”.