Pionera, Innovadora, Creativa, Incansable, Luchadora, Racionalista, Solidaria, Fanática de la Educación, Amante de la Naturaleza y del Mundo. Así era la Dra Juana Cortelezzi, la sabia platense que llegó a ser una eminencia en la geología.

Un 8 de marzo de 1887 nació Juana Cortelezzi, una de las primeras platenses y una de las principales científicas de la Argentina. Sus padres, Pedro Cartelezzi y Ana Marzola, eran inmigrantes recientemente llegados desde Italia. En particular, Don Pedro se desempeñó obrero de la construcción. Posteriormente el matrimonio tuvo otras hijas que también se consagraron a la vida universitaria: Sarah fue geóloga, María profesora de Dibujo y Cartógrafa, Ana zoóloga y Carmen profesora de Química y Mineralogía. Su hogar se encontraba en la calle 56 e/ 5 y 6.

En 1898 Juana Cortelezzi ingresó al flameante Colegio Nacional, hasta que en 1906 fue aceptada en la nueva Escuela del Museo de Ciencias Naturales. Siendo una estudiante muy destacada, al año siguiente comenzó a ejercer la docencia aun cuándo aun no tenía un el título. De este modo a partir de 1907 formó parte del Primer Plantel de Profesoras del nuevo Colegio Superior de Señoritas de la UNLP, actualmente conocido como Liceo Mercante. Dos años más tarde, 1909, Juana obtuvo sus dos primeros títulos como “Profesora de Ciencias Naturales y Química” y “Farmacéutica”.

Siguiendo los pasos del naturista Carlos Spegazzini, ella creía que a la ciencia había que salir a buscarla de manera directa en el Campo y que la educación es un proceso continuo. De este modo comenzó su especialización en Geología y Mineralogía dentro de la Universidad Nacional de La Plata, mientras revolucionaba el desarrollo de todas las instituciones educativas dónde trabajaba.

Una Geóloga Incansable

La Licenciada e Investigadora Paula E Bergero definió a Juana como “La encarnación del positivismo: curiosa, disciplinada, racional y amante de la naturaleza”.
Luego de estabilizar su carrera como docente de nivel medio, en 1920 comenzó a ser la profesora de las Práctica Pedagógica de Mineralogía y Geología en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP. En 1928 fue ascendió a Jefa de Trabajos Prácticos. Y finalmente en 1933 ganó el concurso para el cargo de Profesor Titular en la cátedra de Mineralogía y Petrografía, convirtiéndose en la Primera Mujer en lograr una titularidad dentro de la UNLP; una meta que aun hoy es considerada como un gran honor.

Como etapa previa, en 1927, Juana se había Doctorado en Ciencias Química con la Tesis “El ámbar de Magallanes”, dirigida por el Dr Walter Schiller. Este fue un documento angular porque fue el primer análisis sobre un ámbar sudamericano. La histórica pieza había sido encontrada en 1911 en la Patagonia, siendo la primera halladas en la región, pero nunca había sido clasificada como tal. Gracias a su trabajo pudo ser datada como un elemento del Periodo Terciario Inferior.

Otro de sus trabajos memorables es “Cristales de Carborundum” (1934). Posteriormente también logró exponer sus trabajos en revistas internacionales como el Centralflatt für Mineralogic, el Boletín de la Société Chiroique de France, los Anales de la Asociación Química Argentina, y la Revista de la Facultad de Química y Farmacia.

Esta infinita experiencia y pasión por las Ciencias Naturales le permitió recorrer varias universidades europeas y norteamericanas, dónde aprovechó para perfeccionarse y traer nuevos métodos de estudio. Incluso en 1936 fue designada “Embajadora de la UNLP” para asistir a los actos por “Los 550 años de la fundación de la Universidad de Heidelberg”, la cual es considerada la institución más prestigiosa del mundo en temas geológicos y dónde previamente había realizado tres proyectos de estudio y perfeccionamiento (1932, 1933 y 1936)

Un dato de color es entre sus amistades y mentores estuvieron la botánica Carolina Spegazzini (hija de Carlos Spegazzini) y el Dr Walter Schiller, el mayor experto del momento en el estudio del Cerro Aconcagua, el pico más alto del continente americano. Incluso en 1940, oficialmente jubilada y con 53 años, participó de un ascenso científico Aconcagua junto a Schiller y Hans Link.

La Señorita Cortelezzi

La Dra Juana Cortelezzi podría haber pasado toda su vida como una prestigiosa mujer de la geología, envuelta en la magnificencia de la vida universitaria y los viajes; pero ella era mucho más. A su modo también fue una mujer que trabajaba y luchaba para que las mujeres tengan las mismas posibilidades que los hombres dentro de la educación.

Elsa Hounie, una ex alumna del Colegio de Señoritas, al ser entrevistada por la Licenciada Paula E Bergero recordó: “No la llamábamos, con la irreverencia propia de nuestros 15 años hacia las profesoras que habían llegado a los 40, la vieja de Mineralogía, sino que la nombrábamos señorita Cortelezzi, lo que encierra todo un juicio de valoración. En la cátedra era exigente: nos tenía locas”.

Mientras Juana no paraba de ascender dentro del Museo de Ciencias Naturales, jamás abandonó la educación media. Incluso tenía sus propias ideas las cuales plasmó en su trabajo “Espíritu, doctrina y método de la Botánica" (1908) y que fue perfeccionando con el tiempo. 

Entre 1907 y 1937 fue profesora de Botánica, zoología y mineralogía en el Liceo, y entre los años 1934 y 1939 fue la Directora del establecimiento. Su obsesión fue modernizar los esquemas para optimizar el desempeño general e incentivar el ingreso a estudios superiores. También comprendía la importancia de salud física de las estudiantes y la necesidad de tener uniformes adecuados al uso y no a la imagen. Para esto cambió el uniforme tipo “bombachón que bajaba de la rodilla, una blusa manga larga y encima una pollera tableada” por “una remera con un short” que permitía una mayor movilidad para el deporte. Además en sintonía con sus creencias y el espíritu reformista del momento, ella creía que las salidas escolares eran parte esencial del proceso educativo. De este modo organizaba excursiones por espacios naturales, museos, el Centro de Maternidad y la Escuela de Visitadoras de Higiene Social (UNLP). En particular le interesaba que las mujeres se animen a estudiar carreras dentro de la Facultad de Medicina.

También se dispuso reformar el entorno edilicio ampliando la biblioteca, gestionando nuevos espacios de trabajo, mejorar las comodidades para el estudiantado y donando valiosas obras de arte que incentivaran la curiosidad. Incluso promovió la creación de un Centro de ExAlumnas, escribió un Himno para el Colegio y recopiló un Archivo Fotográfico  para que se mantenga un nexo institucional.

Durante estos años también se la podía ver junto a grandes personalidades del momento como Alicia Moreau de Justo y Víctor Mercante.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, la Dra Juana Cortelezzi también fue miembro de la Sociedad Científica Argentina, la Sociedad Ornitológica del Plata y Presidente de la Comisión Protectora del Preventorio para Niños Tuberculosos (1941). Esta última institución tenía a 50 infantes a su completo cuidado, desde la alimentación hasta su educación y cuidado sanitario.

Tras recorrer el mundo, luego de explorar la historia del planeta y abrir el futuro para cientos de infantes y mujeres adultas; falleció el 12 de julio de 1973. Sus restos descansan en el Cementerio de La Plata.


Homenajes:

- En 1982, en el marco del Centenario de la Fundación de la ciudad de La Plata, fue recordada como una de las “12 Personalidades del Siglo” por la Sociedad Argentina de Escritores.

- En 2023 fue elegida como una de las “Cinco Sabias de la UNLP", con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.


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Más info:

- "Juana Cortelezzi, Geóloga" por la Licenciada en Cs Físicas e Investigadora del Conicet Paula E. Bergero. Año 2022.
- Archivo Fotográfico Digital sobre el Colegio Liceo Mercante de la Universidad Nacional de La Plata.
- Libro "Mujeres de las Piedras" de Fernanda Castaño y Sebastián Apesteguia. Fundación de Historia Natural Azara.
- "Mujeres en la Geología", publicación especial de la Asociación de Geología Argentina. Revista Digital N°14. Año 2021.

Ubicada el límite  noroeste del Partido de La Plata, la Localidad de Arturo Segui es un cálido microclima platense dónde se fusiona la modernidad, la tradición y la pasión por superar las adversidades. Una región que nació gracias a la fundación de la capital bonaerense, que creció con los trenes, pero que además conservó una fuerte identidad tradicionalista que le permitió vencer todas las dificultades. Una localidad que es verdaderamente hija del rigor.

La Fundación

Gobernador Luis Monteverde

La historia habitacional de la región puede remontarse incluso hasta los primeros años coloniales, cuándo 1580 Juan de Garay fundó la Ciudad de Buenos Aires y repartió las tierras entre los primeros 63 vecinos. En este caso el benefactor habría sido Alonso de Escobar, quién se desempeñaba como regidor. Pero no fue hasta 1882, con la Fndación de la ciudad La Plata, cuándo se comenzó a planificar un desarrollo urbano permanente con el respaldo del ferrocarril. Una situación que favoreció el desarrollo rural y residencial en toda la zona sur. Uno de los primeros fue el proyecto de Villa Elisa (1888) gestionado por el Banco Mercantil de La Plata. Fue entonces cuándo el agrimensor y futuro gobernador Luis Monteverde entró en escena al ser contratado por la sociedad “Terrile y Morales” para planificar la construcción del poblado “Villa Nueva Elisa”.

Lamentablemente la primera iniciativa para poblar masivamente la región fue víctima de la crisis económica liberal de 1890, por lo cual las tierras pasaron a la gestión del Banco Hipotecario Provincial. Estos fueron años particularmente negativos para todo el Partido de La Plata. No solo el país afrontaba la peor crisis económica de la historia, sino que además existía una campaña de desprestigio y asfixia presupuestaria en contra del Partido de La Plata como parte de las tensiones políticas entre roquistas y rochistas.

Pese a esta complicada situación, en 1904 el Banco pudo vender 72 manzanas a los Señores Arturo Segui y Francisco Bertoletti, quienes creían en el potencial de las tierras platenses. De este modo, conectados mediante la Estación de Villa Elisa y el Paraje Pereyra, la zona comenzó a ser loteado para producción agrícola y habitacional.

El Tren del Progreso

Estación Arturo Segui
PH: wikipedia CC BY-SA3.0

Para los años 20 el Partido de La Plata estaba rondaba los 150 mil habitantes y necesitaba nuevas conexiones. Fue entonces cuándo reaparece la figura del ingeniero Luís Monteverde, quién siendo gobernador (1921-1922) se propuso valorizar el Ferrocarril Provincial para alcanzar el superavit y ejecutar los servicios probados en la Ley 3701/13. En consecuencia el 18 de abril de 1926 el gobernador José Cantilo pudo inaugurar el ramal La Plata – Avellaneda, el cual transitaba por la Avenida 131 y trajo la Estación de Arturo Seguí en Diagonal 145 y 414. Desde entonces toda esta región pudo crecer de manera independiente a la localidad Villa Elisa. El objetivo era unir el Mercado de Frutas de Avellaneda con el Puerto de La Plata.

A lo largo de su vida la región tuvo tres nombres en sintonía con el ferrocarril. Primero se la conoció como la Nueva Villa Elisa, hasta que en 1927 la estación de trenes pasó a llamarse Los Eucaliptos. Pero finalmente el 1° de marzo de 1928 la estación se abrió al público con el nombre de Arturo Segui. Este suceso revolucionó la zona porque permitió el progreso económico y demográfico, por lo cual quedó establecido como la fecha fundacional de la localidad (Ley 2965). Según el libro "Historia y Recuerdos de Arturo Seguí", de Amalia Criballati, durante la década de 1920 llegaron las primeras familias que constituyeron el desarrollo de la región: Alderete, Aguiar, Aguilar, Balverde, Benardelli, Belén, Berango, Cribellati, Corello, González y Gorostiague, entre otras.

Con el paso de los años aparecieron las primeras organizaciones civiles que forjaron la identidad local: la Escuela Primaria N°32 (1929), el Centro de Fomento "El Progreso" de Arturo Seguí, el Centro Tradicionalista “Pampa y Cielo” de Arturo Segui, el Centro de Adultos "Amistad compartida", la Biblioteca Popular "Mafalda y Libertad" y la Capilla "Exaltación de la Santa Cruz" (1965); entre muchas otras. 

En particular gracias a gestión del subdelegado Ismael Llopart se fundó una Escuela Nocturna para Adultos, la cual posteriormente se transformó en la Escuela Secundaria N°7 “República Argentina”. También otro suceso curioso de esta época, recuperado por el medio NexoNorte, fue la realización en simultáneo de 14 bodas bajo la bendición del mismísimo Padre Carlos Mujica. Este suceso también fue coordinado por el subdelegado Ismael Llopart. Lamentablemente, dos años más tarde, Llopart fue secuestrado y desaparecido en manos de la fuerza parapolicial “Triple A” y la Policía Federal.

Otra historia pero con final feliz, recuperada por el Colegio de Farmacéuticos, comenzó gracias al entusiasmo de un joven llamado Benjamín Ángel Iglesias, quien vivía en estas tierras y trabaja como cadete en una farmacia de Capital Federal. Su pasión por la salud pública y el emprendedurismo lo llevó a estudiar la carrera de farmacología en la Universidad Nacional de La Plata. Tras mudarse brevemente al Partido de 25 de Mayo, decidió volver a su poblado natal para fundar la primera Farmacia de Arturo Segui en 1966. Luego de superar numerosas barreras burocráticas y recibirse de la carrera de farmacología en tiempo record, su hija Eugenia Iglesias pudo encargarse del negocio familiar desde los años 80 y retener la identidad de farmacia rural que poseía.

La resistencia frente al ocaso.

En sintonía a la tragedia de los ferrocarriles de los años 70, la Localidad de Arturo Segui vió en riesgo su existencia por el cierre del ramal La Plata – Avellaneda de 1977. Con este suceso aprobado durante la Dictadura Militar de Rafael Videla muchas poblaciones rurales se transformaron en pueblos fantasmas y vieron como se destruían sus instalaciones férreas. En el libro "Historias y Recuerdos de Arturo Seguí", de Amalia Criballati recordó que: "El 24 de junio de 1977 a las 15:40 pasó el último tren de nuestro añorado ferrocarril, el silencio dominó el lugar, y la nostalgia aún perdura, como todo cambio, hubo que adaptarse a él, fue un acontecimiento que marcó un antes y un después".

Lejos de entregarse al cruel destino de desaparecer como pueblo o entregar las tierras a unos pocos propietarios, los vecinos se hicieron cargo de su propia región e identidad. No pudieron evitar que el tren dejara de circular, pero si lograron mantener con vida las instalaciones. En el gran predio se instaló una plaza, una biblioteca popular, una cancha para el Club ADAS (Asociación Deportiva de Arturo Segui) y una pista para jineteadas. Además cada año este espacio es el escenario central para celebrar el Aniversario de la Fundación, la realización de recitales con bandas locales y la instalación de feriantes. También a pocos metros se inauguraron el Cuartel de Bomberos Voluntarios N°285 (año 2023) y el CIDI Defensa (fútbol infantil).

El tren que llenó de vida a la localidad de Arturo Segui lleva 50 años sin circular, lo cual tuvo un costo alto en el desarrollo demográfico. Pero esta complicación se cristalizó en una virtud que afianzó la tradición a modo de microclima cultural. Porque esa cercanía y distancia convierten a la región en un espacio dónde conviven la modernidad del siglo XXI con las tradiciones rurales como parte fundacional e integral del Partido de La Plata. Un lugar dónde aun se respiran las costumbres del campo, el amor por el ferrocarril, la pasión por el club del barrio y la tranquilidad propia de los pequeños pueblos del pasado bonaerense.



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En el microcentro platense hay muchos hermosos edificios patrimoniales, pero hay uno que destaca por su excéntrica y romántica estética; casi como una oda hacía la vida de su más famoso propietario: El poeta Francisco López Merino.

Ubicado en la calle 49 entre diagonal 74 y calle 12, el Palacio López Merino comenzó a construirse en 1905 bajo la dirección del arquitecto Francisco Villar. Este profesional había sido contratado por el matrimonio Francisco Toribio López y América Merino, quien el 6 de julio de 1904 había dado a luz a Francisco, uno de los poetas más destacados de su época.

El mismo “Pachito”, como le decían sus amigos, afirmó: “He nacido en La Plata, ciudad de silencio uniforme, de calles soleadas, de cielos claros, el 6 de julio de 1904. Bajo estos cielos he estudiado las cosas esenciales y escrito versos desde niño. Amo de veras la paz remansada que se difunde por su atmósfera, y el dilatado ocio que convierte los días de la semana en un domingo perpetuo”.

Este inmenso Palacio fue terminado de construir en 1911, y estaba muy lejos de pasar desapercibido. Con una superficie edificada de 1.400 m2 distribuidos en cuatro plantas con 33 habitaciones, el lugar fue pensado y usado como una vivienda unifamiliar. Aquí fue donde Francisco vivió, creció y escribió gran parte de sus escritos; junto a sus padres y sus cinco hermanas.

Pero más allá del contraste voluminoso y pomposo del Palacio con el entorno, su arquitectura era una revolución para el momento porque es la suma de tres corrientes ideológicas del arte que se enfrentaban a un incipiente minimalismo: Románticas, Pintoresquistas y el Art Nouveau. Curiosamente estos detalles también aparecen en las prosas escritas por Panchito Merino.

La Pasión del Contraste.

El aspecto Pintoresco se basa en el abandono de la simetría clásica a favor de los contrastes volumétricos y quiebres de cubiertas (Aliata-Liernur, 2004: 68); lo cual queda en evidencia por las dos inmensas torres oblicuas que funcionan como ingreso principal. A su vez ambas subestructuras son completamente diferentes entre si por sus ventanas, los ángulos de los arcos y hasta por las respectivas cúpulas. El tejado de la izquierda tiene una terminación recta similar al modelo victoriano, mientras que a la derecha la culminación es tiene una forma acampanada propio del estilo renacentista francés.
Por su parte, las letras de Francisco Merino no se caracterizan por romper la simetría estructural, pero si juega muy fuerte con el contraste de las de los sentidos y emociones de cada frase. Por un lado habla del amor, la felicidad, la belleza, las esperanzas y los vínculos afectivos; pero por debajo siempre hay una latente oscuridad que mantiene al autor alejado de aquellas virtudes que otros disfrutan:

“Mis primas, los domingos, vienen a cortar rosas
y a pedirme algún libro de versos en francés.
(…)
Mis primas, cuando llueve, no vienen. Dulcemente
aparto los capullos que el viento hará caer;”

El Amor por la Naturaleza.

Por su parte el Art Nouveau era otra corriente vanguardista que buscaba construir una unión entre la ciudad y la naturaleza mediante el uso de ornamentos florales, curvas y figuras estilistas. Fue una línea artística moderna que buscaba romper con la frialdad visual propia de la edad industrial. Mirando en detalle la estética del Palacio se pueden encontrar muchas formas alegóricas de flores y hojas fusionadas a las ventanas, balcones, las pilastras, los capiteles e incluso en las tejas del mirador.
Del mismo modo, entre la biografía personal y la bibliografía de López Merino se puede identificar una constante; su amor por la naturaleza. Un elemento que suele aparecer descrito al detalle cuándo narra los  entorno o cuándo utiliza la naturaleza para expresar un sentimiento mediante metáforas, sinestesias, oximorones y personificaciones.

"Anda la primavera por las calles
poniendo suaves pinceladas verdes
en los gajos desnudos de los árboles,
reverdeciendo el césped de las plazas...
Anda, la primavera por las calles..."

Una Esperanza en la Nostalgia.

Finalmente el aspecto Romántico nace como un rescate de los estilos artísticos del pasado (Neo-gótico, Neo-románico y Neo-bizantino) y la importancia de los grandes jardines en el torno de la vivienda. Esta línea de pensamiento nace como oposición al movimiento minimalista que defendía las geometrías y fachadas homogéneas y limpias. Es decir que se busca mezclar los antiguos estilos personalizados en dirección al eclecticismo. Del barroco se define la carga ornamental, del gótico se toma la prominencia de los ventanales laterales y el culto a la altura, el renacimiento moldea los techos, los capiteles recuperan el clásico grecolatino compuesto y las madera embellecen los interiores. En pocas palabras, esta arquitectura es un anhelo hacía las composiciones del pasado.

Y si se habla de la nostalgia por algo que quedó atrás, Francisco López Merino era una experto en el tema. Detrás de todas sus la palabras mencionando las bellezas del mundo y los momentos compartidos con sus afectos; siempre yace la carencia y lucha por algo que se perdió hace mucho o que jamás conoció.

"En los largos crepúsculos profundos
poblados de un recóndito silencio,
recuerdo el verso aquel que me emociona:
la hora en que se agravan los enfermos…"

Las Parábolas de la Vida

Tristemente, pero fiel a su estilo, el 22 de mayo de 1928, López Merino se juntó con sus amigos en la confitería del viejo Jockey Club de La Plata. Luego de brindar y mantener algunas charlas con total normalidad anunció que se dirigía al baño. Todo continuó como si nada, como un martes más de la semana; hasta que un disparo retumbó en el baño y se extendió por toda la ciudad como sordo y eterno  eco de silencio. Francisco López Merino, de solo 23 años, se había suicidado.

Su amigo personal Jorge Luis Borges narró a los pocos días:

Camina por la calle 49; piensa que nunca atravesará tal o cual zaguán lateral.
Sin que lo sospecharan, se ha despedido ya de muchos amigos.
Piensa lo que nunca sabrá, si el día siguiente será un día de lluvia.
Se cruza con un conocido y le hace una broma. 
Sabe que este episodio será, durante algún tiempo, una anécdota.

Por su parte, el gran jardín Palacio López Merino fue loteado y sepultado bajo toneladas de hormigón, acero y cemento; mientras que sus seres queridos lucharon para que el edificio no caiga bajo el mismo cruel destino. Desde entonces se lo comenzó a llamar “Palacio López Merino". 
Luego de pasar por varias manos privadas, en 1962 la Municipalidad de La Plata adquirió el edificio para el funcionamiento de varias oficinas gubernamentales. Con el retorno de la democracia, en 1986 pudo ser Declarado Patrimonio Arquitectónico de la ciudad. Y diez años más tarde la poesía revivió en su interior con la fundación del “Complejo Bibliotecario Municipal Palacio López Merino”. Con cuatro bibliotecas y una hemeroteca, aquí se conservan más de 65.000 libros, fotografías, videoclips y documentos. Incluso se transformó en un semillero cultural para la promoción de la literatura y la música local.

En el año 2011 el edificio también fue declarado como Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires. Mientras que en el 2021 el Consejo Deliberante de La Plata aprobó que el 6 de julio sea considerado el “Día del Escritor Platense” en homenaje del natalicio de Panchito López Merino.

    



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Uno de los apodos de la ciudad de La Plata hace referencia a la urbe más famosa y espléndida del Imperio Griego: Atenas. Normalmente esta condición se asocia a varias ciudades del mundo por la arquitectura clásica y la presencia de universidades, pero en nuestra región el concepto alcanza un nivel superior.

La Arquitectura Clásica

La Antigua Atenas por siempre será recordada como un faro de civilización humana, pero su firmas más populares vinieron con la arquitectura, desde el majestuoso Teatro hasta el imponente Partenón con sus columnas y frontis triangulares. Y es en este sentido que el escritor y poeta Horacio Castillo afirmó: “La Plata parecía una réplica de la Atenas de Pericles. Sus palacios, sus avenidas, sus jardines, su arboleda, su estatuaria, remedaban esa polis sagrada, y hasta la Catedral trunca –como un Partenón sui generis”

    

Este es un estilo muy difundido por el Mundo, en la ciudad de La Plata se puede apreciar en los palacios públicos y educativos. Los tres casos más conocidos en el Museo de Ciencias Naturales y el Cementerio Municipal, pero también hay rastros puramente Clásicos en el Museo de Física, el Palacio de Justicia, , el Palacio Legislativo y en el Campo de Deportes. Y por si no fuera suficiente, de manera ecléctica, también aparece en el Anexo del Senado, el Banco Nación, los Teatro Martín Fierro y La Princesa, y en muchísimas casas privadas de época. Incluso, observando con atención, hasta se puede identificar el pleno uso de los cuatro tipos de capiteles griegos: Dórico, Jónico, Toscazo y Compuesto.

Cunas del Conocimiento

Prestigiosos autores como Henríquez Ureña en “Utopía de América”, Cesarían Lupati en “Vida Argentina” y nuevamente Horacio Castillos; han sostenido que la comparación con Atenas siempre debe pasar por ser una cuna de los saberes. Toda ciudad moderna que intenta compararse con la épica urbe griega debe tener una Escuela y Profesores con reconocimiento internacional; algo que en La Plata ocurre mucho. En estas calles conviven 2 Universidades Públicas, 5 Privadas, un Conservatorio y muchas escuelas de Teatro. En particular la UNLP se encuentra entre las 10 más importantes de Latinoamérica y entre el 4% mejores del mundo según diferentes ranking internacionales como el CSIC. Desde su nacionalización en 1905 fue considerada la “Oxford de Sudamérica” por ser la Primera Casa de Altos Estudios que abrazó el sistema científico experimental.

    

En la infinita lista de personalidades destacadas que fueron profesores, investigadores y/o egresados de la UNLP se pueden incluir al Dr René Favaloro (cardiocirujano), Dr Ernesto Sábato (físico y novelista), Perez Esquivel (Premio Nobel), Luis María Drago (padre de la doctrina geopolítica latinoamericana), Carlos Saavedra Lamas (Premio Nobel), Florentino Ameghino (naturista contemporáneo a Darwin), Alfredo Palacios (jurista), Mario Bunge (Matemático, Físico, Epistemólogo y filósofo), Miguel San Martín (ingeniero en Jefe de la NASA), Emilio Pettoruti (artista), Teófilo Tabanera (padre de la astronáutica latina), la Dra. Virpi Niemela (astronomía) y muchísimos otros profesionales que participan en proyectos mundiales. Regularmente algunos egresados de la UNLP son considerados entre los científicos más influyentes del mundo.

Un Trazado Único

Pero en esta comparativa entre urbes se puede hilar mas fino si se analiza la fusión entre el arte, la arquitectura, el conocimiento, los valores y las historias. Y este es el punto dónde la ciudad de La Plata realmente se distingue de cualquier otra ciudad del Mundo: una planificación urbana matemática e ideológica, o dicho de otro modo “Ciencia + Democracia”, que pudo crecer sin alterar tanto su matriz central.

Cuándo en 1882 se definió la traza urbana de la ciudad no se tomaron números, formas ni lugares al azar. Cómo existía la posibilidad de crear el trazado completamente desde la nada sobre una superficie llana, las matemáticas pudieron ser las grandes actrices en el trazado urbano. Y si bien la existencia o no del número áureo como directriz es un poco cuestionable, los urbanistas e ingenieros como Juan Martín Burgos y Pedro Benoit pudieron jugar bastante con las formas geométricas y las ilusiones visuales.

    

La base fundamental del Casco Urbano es la representación moderna del esquema creado Hipódamo de Mileto en la Antigua Grecia: una cuadrícula de calles que se cruzan perpendicularmente unas con otras bajo una regularidad, el orden y la simetría perfecta. Mientras que el Eje de la avenida 52 como director de los Palacios de Gobierno es una evolución hacía el esquema romano. Incluso el arquitecto patrimonialista Rubén Pesci, en varias entrevistas, suele relacionar el ordenamiento y los edificios también con una visión del funcionamiento de la Democracia. Una afirmación sostenida a partir del fácil acceso y tránsito que hay hacía los Palacios.

La ciudad de La Plata no es la única urbe del mundo que intentó construirse en base a una cuadrícula, pero es la única metrópolis que logró crecer respetando el Plan Hipodámico. Lamentablemente se perdieron la plazas exteriores al Casco Urbano, pero se retuvieron las líneas rectas y las avenidas cada seis cuadras. Mientras que París, Barcelona, Santo Domingo, Bogotá, Santiago o Caracas no lograron mantener y extender la traza.

    

Por si todo lo anterior no fuera poco, las primeras esculturas públicas también respondían al estilo clásico y las historias mitológicas griegas. Encargadas por el propio gobernador Dardo Rocha, en el Paseo El Bosque se conservan cuatro figuras femeninas esculpidas por el italiano Pietro Costa con los típicos rasgos helénicos. También en la zona de la Gruta están las inmensas crateras (macetas) con rostros de faunos y escenas alegóricas a las luchas entre los Dioses Griegos. El Titán Prometeo encabeza el frontis del Museo de Ciencias Naturales. En 1914 llegaron cuatro trabajos del francés Raymond Rivoire relacionadas a las deidades El Famoso Arquero de Plaza Moreno es Hércules. En la Plaza San Martín están los luchadores Creugas y Damoxenos, vigilados muy de cerca por el Portado de la Llama Olímpica. Atenas se encuentra en los jardines del Rectorado y en la Terminal de Trenes, mientras que la UNLP usa el Árbol de Zeus (El Roble) como símbolo de la casa. Incluso en la Galería de la Facultad Artes se guarda una colección escultural con una Venus del Milo y una Venus de Cires.

    

Nunca jamás una ciudad podría arrogarse plena y exclusivamente mente el título de ser la “Nueva Atenas”. Tampoco debería ser así porque el espíritu helénico iba por el progreso continuo, por lo cual una réplica exacta tampoco sería correcto. Pero sin lugar a dudas, en la ciudad de La Plata se respira mucho de las historias, las matemáticas, el arte y las aspiraciones que inmortalizaron a la inolvidable Atenas.

    

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Listado de instituciones públicas con atención odontológica gratuita para infantes y adultos en los Partidos de La Plata, Berisso y Ensenada. Salas con turno y horarios de guardia para urgencias. Atención de dolores, diagnósticos, controles, laboratorios, rayos, implantes, cirugías y más.



Aquí, un poco alejados del Centro de la ciudad, casi en el difuso limite entre los talleres de Gambier y las quintas de La Cumbre vivió un muy destacado vecino. Un genuino italoplatense que dejó sus huellas en cada paso que dio.

Don Orestes Santopago nació en Bussi, en la región italiana de Abruzos, en el año 1874. Tras completar sus estudios técnicos se mudó a la Argentina en 1896, y luego se instaló definitivamente en La Plata para dedicarse a la construcción. Su destacado talento, la calidez humana y el compromiso social lo convirtieron en un muy querido e influyente miembro de la comunidad.

Inicialmente vivió en la centro de la ciudad, en la casona de 7 y 42, pero entre 1918 y 1923 comenzó a comprar las quintas 74, 107, 108 y 201; actualmente Barrios Centenario y Gambier de San Carlos. Aquí es dónde construyó su amosa y majestuosa Quinta,  en 135 y 44. Con el paso de los años este predio se transformó en uno de los lugares más cotizados por su belleza, ubicación, características y tesoros artísticos. Además cuenta la anécdota que su apresurada mudanza se debió a que su hija tenía una grave afección respiratoria.
Esta estancia no era solo su vivienda, también era la representación de todos sus intereses y valores. Como inmigrante, conocía muy bien el drama que padecían sus pares. Por este motivo la quinta era regularmente visitada por los estudiantes de la Escuela Italiana, quienes tenían la posibilidad de aprender las prácticas rurales y tomar una chocolateada. Además, parte de la frutihortícola era repartida entre las familias que huían de la guerra y que se fueron ubicando en estos mismos barrios.

También fue un destacado colaborador para la fundación de la Escuela Italiana, el Hospital Italiano, la Asociación de Socorros y Beneficencia y del Instituto de Cultura Italiana. Esto lo hizo meritorio de recibir la “Stella al Manto del Lavoro” y el “Comendador de la Corona de Italia”. Además fue nombrado Presidente Honorario de la Sociedad de Empresarios y Constructores de Obras de La Plata.
Durante su vida se involucró tanto en las obras públicas como en las privadas. Además en el año 1924 se asocio con el ingeniero Eugenio Di Renzo (sobrino) para conformar la “Sociedad Constructora Santospago y Di Renzo”, la cual supo ser una de las más pujantes del momento con 7000 empleados.

Mediante sus empresas fue el encargado de las remodelaciones en la Estación de Ferrocarriles (actualmente Pasaje Dardo Rocha) y en la Casa de Gobierno. También estuvo involucrado en la construcción de la Escuela de Electrotécnica para la Universidad de La Plata, los Pabellones del Hospital Melchor Romero, las tribunas del Hipódromo, la Escuela de Artes y Oficios San Miguel, los depósitos en el Regimiento 7 de Infantería y del Cuartel de Comunicaciones (City Bell). Mientras que a nivel provincial recibió contrato para construir escuelas, puentes, caminos y muelles.

Tras una larga trayectoria como inmigrante, empresario, vecino y constructor; Don Orestes falleció en 1963. Sus restos fueron trasladados al Cementerio de La Plata en una muy llamativa cripta. Respondiendo a un estilo Art Decó, la estructura resalta por estar realizada con granito rojo y vitraux. En particular los cuatro vitrales poseen la particular forma de cruz griega o cuadra. Además en los muros también se pueden apreciar varias placas de bronce que recuerdan su vida y legado.

Por su parte, en 1969 el gobierno provincial compró la Quinta de 44 y 135 para donarla a la Escuela de Penitenciaria, quien se encarga de preservación del lugar.


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