Dardo Rocha vs Julio Roca – Parte 1
El 19 de noviembre de 1882 finalmente se fundó la ciudad de La Plata: La Nueva Capital de la Provincia de Buenos Aires y el mayor símbolo de la federalización y pacificación del país. Pero alguien faltó a la ceremonia, alguien quien no era cualquier persona. El General Julio Argentino Roca, Presidente de la Nación y Padrino Oficial de la Ciudad, junto a con casi todo su gabinete, estuvieron ausentes. Ese día quedó en evidencia que los viejos aliados ya no eran los buenos amigos de antaño.
Era octubre de 1871 cuándo el Presidente Domingo F. Sarmiento mandó a llamar al Coronel Julio A. Roca para confiarle la Frontera Sud de Córdoba. En este viaje también conoció al Dr Juan José Dardo Rocha, aliado del Dr Adolfo Alsina. Los tres trabajaron arduamente para que el Dr. Nicolás Avellaneda supere electoralmente al General Bartolomé Mitre. Estos fueron los primeros pasos hacía un muy heterogéneo Partido Autonomista Nacional (1874), dónde el eje central fue el rechazo tajante al Partido Liberal y el mitrismo. Pero esta alianza estuvo lejos de terminar con los alzamientos armados. Para 1878 la lista de “candidatos presidenciales” era tan extensa y diversa que la idea de una nueva Guerra Civil estaba a la vuelta de la esquina.
El Dr Carlos Tejedor, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, fue elegido como el candidato del Partido Nacionalista. Un ex mitrista, con pasado rosista que defendía el hiper centralismo porteño monopolizando el Poder Nacional y Provincial. Ante esta situación, una vez se terminó forjando una y amplia alianza. Esta vez fue encabezada por Julio Roca, líder de la “Liga de Gobernadores”, con el respaldo de Dardo Rocha cómo vicepresidente Provisional del Senado y máximo referente de la oposición porteña/bonaerense. El político Olegario Ojeda escribió sobre el rol de Rocha: “Este pronunció un discurso monumental, que causó sensación y entusiasmo. Atacó rudamente y con brío a Tejedor, evocando recuerdos del 8 de noviembre y los antecedentes sombríos de este personaje”.
El Dr Carlos Tejedor, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, fue elegido como el candidato del Partido Nacionalista. Un ex mitrista, con pasado rosista que defendía el hiper centralismo porteño monopolizando el Poder Nacional y Provincial. Ante esta situación, una vez se terminó forjando una y amplia alianza. Esta vez fue encabezada por Julio Roca, líder de la “Liga de Gobernadores”, con el respaldo de Dardo Rocha cómo vicepresidente Provisional del Senado y máximo referente de la oposición porteña/bonaerense. El político Olegario Ojeda escribió sobre el rol de Rocha: “Este pronunció un discurso monumental, que causó sensación y entusiasmo. Atacó rudamente y con brío a Tejedor, evocando recuerdos del 8 de noviembre y los antecedentes sombríos de este personaje”.
El 11 de abril de 1880 Julio Argentino Roca se transformó en el nuevo Presidente de la República. El Dr Carlos Tejedor no solo rechazó los resultados, sino que también ya estaba esperando un cargamento de 3500 fusiles y 500 mil cartuchos para tomar el poder por la fuerza. En junio estallaron las revueltas con un saldo estimado 3000 muertes en todo el país. Finalmente prevalecieron las fuerzas federales sobre las provinciales, y el Gobernador debió abandonar su cargo.
Pero para que la paz perdure se requería una victoria política y otra diplomática. De este modo, durante el levantamiento armado, el Dr Dardo Rocha se retiró con su bloque de legisladores al pueblo de Belgrano. Acusado de “traidor” por los porteños, reunió al nuevo Congreso, incorporó a los representantes de Córdoba, y cerró el gran frente político nacional para la llegada de Julio Roca.
Según el biógrafo Andrés Allende, el primer conflicto entre Roca y Rocha surgió inmediatamente después de la Revolución de 1880; puntualmente por el trato que debería recibir el bando perdedor y la responsabilidad del Presidente Nicolás Avellaneda. Algunos legisladores cercanos a Roca tenían una postura intransigente, entre ellos Adolfo Pizarro (Córdoba) y Emilio Civit (Mendoza). Pero el bloque bonaerense creía que demasiada rudeza en las sanciones podría ser el motivo de un nuevo levantamiento armado.
Pero para que la paz perdure se requería una victoria política y otra diplomática. De este modo, durante el levantamiento armado, el Dr Dardo Rocha se retiró con su bloque de legisladores al pueblo de Belgrano. Acusado de “traidor” por los porteños, reunió al nuevo Congreso, incorporó a los representantes de Córdoba, y cerró el gran frente político nacional para la llegada de Julio Roca.
Según el biógrafo Andrés Allende, el primer conflicto entre Roca y Rocha surgió inmediatamente después de la Revolución de 1880; puntualmente por el trato que debería recibir el bando perdedor y la responsabilidad del Presidente Nicolás Avellaneda. Algunos legisladores cercanos a Roca tenían una postura intransigente, entre ellos Adolfo Pizarro (Córdoba) y Emilio Civit (Mendoza). Pero el bloque bonaerense creía que demasiada rudeza en las sanciones podría ser el motivo de un nuevo levantamiento armado.
Era necesario que la intervención y presión militar federal termine pronto. La estabilidad solo podría lograrse si se volvía hacía las sedas de la democracia. El General Julio Roca podía ser electo Presidente, pero sin el respaldo de La Provincia, pero jamás podría gobernar.
El Dr. Dardo Rocha había hecho su tesis doctoral sobre la importancia de Federalizar la Ciudad de Buenos Aires, y actuó en consecuencia durante la histórica sesión legislativa del 11 y 12 septiembre de 1880. Estas tampoco fueron fechas sencillas. La rebelión había sido sofocada, pero el rechazo a la federalización aun era grande porque afectaba el control del puerto, el banco y los archivos judiciales. Rocha creía que la sesión necesitaba la presencia del mitrismo para legitimar la decisión; pero muchos creyeron que esto solo era un intento de prolongar el debate. El Senador Adolfo Pizarra promovía la federalización transitoria de Rosario. Y en una postura más extrema, el Senador Emilio Civil propuso el una nueva intervención militar en todas las instituciones si la Legislatura Bonaerense rechazaba el traspaso.
La solución fue un camino intermedio. El 10 de agosto, el Dr Dardo Rocha logra que el Congreso apruebe sobre tablas la disolución de la Legislatura para evitar que esta rechace la federalización. Este acto afectó negativamente su imagen pública entre los aliados y adversarios; pero logró su cometido: La Ciudad de Buenos Aires pasaría al Gobierno Central sin necesidad de otro derramamiento de sangre o debates eternos que sigan sepultando el plan
La solución fue un camino intermedio. El 10 de agosto, el Dr Dardo Rocha logra que el Congreso apruebe sobre tablas la disolución de la Legislatura para evitar que esta rechace la federalización. Este acto afectó negativamente su imagen pública entre los aliados y adversarios; pero logró su cometido: La Ciudad de Buenos Aires pasaría al Gobierno Central sin necesidad de otro derramamiento de sangre o debates eternos que sigan sepultando el plan
Una vez conformado el nuevo gobierno nacional en octubre de 1880, comenzó el proceso para restaurar el sistema en la Provincia de Buenos Aires, algo vital para mantener la paz y la unión. Pero el camino nuevamente no fue fácil. Lejos de aprovechar la fragilidad del mitrismo, el Partido Autonomista llevaba meses luchando internamente: el ala moderada contra el sector más duro, el rochismo contra el pizarrismo. Cuenta la anécdota que una noche en la casa del legislador Antonio Del Viso, el partido casi se fractura cuándo el propio Pizarro se negó a respaldar la candidatura de Rocha acusándolo de imponer sus intereses personales. Pero fue el respaldo del mismísimo Presidente Roca lo que impidió la incisión, quien años más tarde afirmó:
“Si no hubiese sido yo que me paré de frente y dí a entender que desharía todo lo que se hiciese en contra de Rocha inmediatamente que me recibiese del gobierno, Rocha no hubiera sido mi gobernador. Ya le tenían preparada la cama perfectamente. No creí justo que lo sacrificaran de ese modo y yo le debía consecuencia”.
Finalmente el 4 de enero de 1881 la Asamblea General de la Legislatura comenzó el escrutinio de la elección del colegio electoral. Y el 22 de febrero la Asamblea Electoral eligió por unanimidad de votos a los Doctores Dardo Rocha y Adolfo González Chaves como gobernador y vice-gobernador.
El 23 de febrero de 1881 el Presidente Roca le escribió al Gobernador una cordial carta de felicitaciones. Entre otras cosas dijo: “Que sea ud feliz, próspero y fecundo su gobierno para la provincia de Buenos Aires”. Todo parecía indicar que las relaciones entre ambos serían amistosas, pero solo era la superficie. Por detrás, antes de la misma asunción al poder, ya se alimentaban los rumores de complots destituyentes, correspondencia privada difundiendo rumores y notas periodísticas difamatorias. Todo era la antesala de una disputa por el control de archivos públicos, asignaciones presupuestarias, cruces armados, disputas por tierras públicas y la tan ansiada sucesión Presidencial. Los antiguos aliados se transformaron en los dos mayores contrincantes.
Fuentes:
- “Aspectos de la Gestión Cumplida por Dardo Rocha en el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires (1881-1884)” – Instituto de Historia Argentina – Ricardo Levene – La Plata 1982. Edición Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP.
- Julio A. Roca y Dardo Rocha. Una amistad y una enemistad históricas. Allende, Andrés (1971). Separata del Boletín de la Academia Nacional de la Historia (volumen XLIV).
- “La Revolución del 90”, Luis V. Sommi. Editorial Monteagudo. Año1948.
- “Agonía del Federalismo. Aspectos económicos en el proceso de sometimiento de la provincia de Buenos Aires al Poder Central”, Tesis Doctoral del Dr Javier García Basalo.Universidad del Salvador