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Paseo El Bosque

Visita La Plata | 18:22 |

El Paseo El Bosque es pulmón verde más grande e importante dentro del casco urbano platense. Se trata de una red de plazas y plazoletas que construyen una formidable riqueza forestal, artística, histórica, educativa y recreativa. Aquí se encuentran el Museo de Ciencias Naturales, el Planetario, los estadios de Estudiantes y Gimnasia, y otras importantes instituciones. Indudablemente un paseo obligatorio para los platenses y para los turistas.

Ubicado en la intersección de las avenidas 1 y 52, el Paseo El Bosque es frecuentado por miles de personas a diario. Algunos aprovechan la belleza y la tranquilidad de un microclima natural. Otros visitan las instituciones que aquí se alojan, muchas son portadoras de una historia y prestigio internacional. Y también están los vecinos que aprovechan los amplios espacios deportivos para ejercitarse. En otras palabras, el amado Bosque es el corazón del entretenimiento, la formación e identidad platense.

Una Historia bien Platense

La historia del Paseo El Bosque nace a mediados del siglo XIX, cuándo el Presidente Domingo Sarmiento dijo “¡Árboles! ¡Planten árboles!”. Su idea era fusionar el desarrollo económico con la belleza y las ventajas de la naturaleza. Y uno de los estancieros que respondió al llamado fue Martín Pereyra Iraola, quien construyó una estancia y plantó los primeros eucaliptos.
Años más tarde, en marzo de 1882, se definió la planificación y construcción de la ciudad de La Plata, la cual debía tener un trazado urbano moderno, racionalista e higienista. Estas tres condiciones hicieron que El Bosque sea una piedra angular para definir la ubicación y diseño de todo el trazado urbano porque sería gran pulmón verde que garantizaría la salud de la población. De este modo el 5 de junio de 1882 el predio fue expropiado y se lo bautizó cómo “Parque de Buenos Aires".

En muy poco tiempo, El Bosque adoptó sus tres funciones: mejorar la calidad del aire, funcionar como espacio recreativo y albergar a las principales instituciones de la educación y la ciencia. Aunque en este proceso, entre 1890 y 1920, habría sufrido grandes pérdidas como la Casona Pereyra Iraola y algunos terrenos.
El primer gran tesoro en llegar fue el Observatorio de La Plata, el cuál comenzó a construirse en 1883 para albergar el mayor telescopio del hemisferio sur del momento. Con el paso de los años se transformó en Facultad y se construyó el planetario más moderno de la Argentina.
Casi en sintonía, entre 1884 y 1888, se construyó el Museo de Ciencias Naturales, el cual es uno de los más prestigiosos del mundo en su tipo. A lo largo de sus salas se puede recorrer de manera cronológica la historia mundial, desde el surgimiento del Universo y la Vida, hasta la evolución de la civilización humana. Incluso aquí se conserva la mayor colección de elementos egipcios de toda Latinoamérica.
También por estos años comenzaron a aparecer los primeros edificios de la Universidad Nacional de La Plata y de su Colegio Nacional. Y por un breve tiempo existió un gran arco de ingreso en la rotonda de avenida 1 y 51.

Deporte y Entretenimiento

Casi desde su primero día, el Paseo El Bosque fue un epicentro recreativo para las familias platenses. Era el mejor lugar para disfrutar el fin de semana por su belleza y porque había distintas actividades artísticas. En consecuencia, más temprano que tarde, llegaron las instituciones de este tipo.
El zoológico botánico de La Plata abrió sus puertas el 16 de octubre de 1907 como una iniciativa gubernamental recreativa que promoviera la educación, la cultura y el proteccionismo; por lo cual jamás tuvo una fuerte impronta de la explotación animal como objetos de juegos. Con más de 17 hectáreas, hoy es el segundo Bioparque más grande del país. Aquí viven unas 60 especies de animales, las cuales en su mayoría no lograron superar las pruebas para su liberación por su edad o carácter. Pero además todo el predio también funciona como una colección botánica, centro de investigación y rescate de especies en cautiverio.

Otro emblema con origen a principios del siglo XX es el actual Anfiteatro Martín Fierro. Si bien fue construido en 1947, su origen puede remontarse hasta 1902 cuándo Nicolas Cúculo consiguió la primera concesión para brindar show teatrales en El Bosque. El nuevo teatro posee una particular arquitectura clásica griega en forma de Lira o Herradura.
El deporte también está entre las actividades más pujantes de la zona. Una de las primeras instalaciones fue un velódromo en la esquina de 1 y 57, el cual 1907 fue cedido al Club Estudiantes de La Plata para que construyera el Estadio “Jorge Luis Hirschi”. Este fue demolido y reinaugurado en 2019 con una capacidad para 32 mil espectadores. Por su parte el Club Gimnasia y Esgrima de La Plata posee el estadio “Juan Carmelo Zerillo”. Construido en 1907, puede albergar hasta 27 mil hinchas.
A lo largo de todo el Paseo el Bosque también se pueden encontrar pistas de atletismo, instalaciones aeróbicas, bicleteros y canchas deportivas públicas. También se puede observar los restos semienterrados de unas piletas usadas por las colonias de vacaciones.

    

Un Pulmón Verde

Cuándo en 1882 se definió la existencia del Paseo El Bosque, este era la mayor expresión de la ideología higienista del momento. Esta corriente ideológica velaba por los espacios verdes como garantía de la calidad del aire y la salud pública. Con el paso de los años, tanto El Bosque como la ideas fundacionales, se actualizaron hacía los conceptos conservacionistas y ambientalistas. Dos cosas que observar en cada metro de las actuales 60 hectáreas.
En 1885 el periodista Arturo Di Castellnuovo escribió: “entreveo ya la mancha espesa de una selva de eucaliptos”, a medida que su tren se acercaba a la ciudad. En la actualidad son cientos los árboles y arbustos distribuidos en sus 11 plazas. Entre todos estos ejemplares se pueden encontrar fresnos, tilos, robles, palos borracho, jacarandas, palmeras, tipas coloradas, álamos, acacias y nogales, entre otras especies. Aunque entre los destacados hay que mencionar los Gingko Biloba oriundos de China y Japón, y un ejemplar de higueron plantado por el mismísimo Carlos Spegazzini, uno de los botánicos más importantes de Latinoamérica. Lamentablemente aquí solo existen dos ejemplares de Talas, uno de los pocos árboles 100% autóctonos de la zona.

   

Una de las mayores características del Paseo El Bosque es “El Lago de Los Locos”, el cual se inauguró el 11 de diciembre de 1904. Su nombre es una alusión a que fue construido por los internos de un ex-penal psiquiátrico (actual colegio Albert Thomas), quienes lo excavaron empleando solo picos y palas. Con la tierra removida se consolidó “La Montañita”, donde había una pérgola para la presentación de bandas y orquestas locales. Posteriormente se transformó en “La Gruta”; la cual consiste en un laberinto de cuevas, lomas, miradores, una cascada y escaleras en cuatro niveles. Un lugar donde siempre se pueden ver chicos/as corriendo y adultos haciendo sesiones fotográficas con el Lago a las espaldas.
Con el paso de los años también se instaló un puerto de botes, una fuente a chorros de agua, mesas públicas y un mini parque con juegos electromecánicos. Además en el Lago se pueden observar algunos peces, tortugas de agua y muchas aves.

    

A muy pocos pasos, uniendo La Gruta con el Teatro, se pueden encontrar “Los Copotes” o “Crateras”. Con frecuencia estas enormes macetas se las relacionan las teorías de la conspiración y la influencia masónica. Desde ese enfoque se cree que posee una simbología demoníaca, aunque en la práctica solo son símbolos heredados de las antiguas culturas greco-romanas. Las figuras endiabladas solo son “Faunos” o “Sátiros”, los cuales según la Mitología Griega son personajes que protegen los bosques.
Una segunda evolución del predio comenzó en el año 2010 cuándo se instaló “La Casa Ecológica”. Esta es una oficina municipal que se dedica, entre otras cosas, a la educación ambiental. El edificio tiene la característica de ser autosustentable en la energía y el agua. Además gestiona una granja-escuela orgánica y recorridos turísticos forestales.

Hace varios años, atrás del Museo de Ciencias Naturales, también estuvo  “El Jardín de la Paz”, ideado por el ingeniero Alberto Oitave. Bajo el lema: “Todos los países del mundo representados por su flor nacional, se encuentran unidos aquí, en la más cordial amistad, por el vínculo indisoluble de la Madre Tierra”; había lugar para 66 gobiernos.

Una Galería a Cielo Abierto

En la actualidad, cualquier parque urbano de relevancia posee una gran presencia una colección de arte, pero en la Argentina del siglo XIX esto aun no era común. Pero aun así el mismísimo Gobernador Dardo Rocha fue quien encargó las primeras figuras de mármol de carrara al escultor italiano Pietro Costa. La idea original era la adquisición de ocho figuras, pero solo se pudieron abonar cuatro:  La Industria, La Agricultura, Las Artes y El Comercio. El objetivo era que esta primera tanda representara los pilares económicos del país, y una segunda los valores: “La Libertad”, “La Paz”, “La Caridad” y “La Ciencia”. Estas figuras se encuentran distribuidas a lo largo de todo el parque, aunque varias han sido vandalizadas.

El complejo escultórico más conocido y querido se encuentra sobre el camino que lleva al Museo de Ciencias Naturales. Se trata de “Los Cinco Sabios”, donado en 1942 por la Universidad Nacional de La Plata y realizado por el escultor Máximo C. Maldonado, constan de cinco bustos dedicados a los grandes académicos que pasaron la ciudad: Alejandro Korn, Florentino Ameghino, Pedro Bonifacio Palacios, Juan Vucetich y Carlos Spegazzini.
Por su parte, los dos monumentos más grandes se encuentran dedicados al Almirante Brown y al Presidente Bartolomé Mitre. El primero es una fuente de agua con una columna de granito y la figura del Padre de la Armada Argentina y héroe de la Guerra de la Independencia. El segundo es una estructura rectangular rodeada por cuatro gigantescas figuras de bronce y grabados en piedra que represan la vida del ex-mandatario: Legislador, militar, historiador-poeta y conductor. Proyectado en 1937, la obra del artista Alfredo Bigatti se inauguró recién el 19 de noviembre de 1942.

El circuito monumental se completa con las figuras del General José Artigas, el Carlos Gardel, los bustos de los escritores Roberto Speroni y al profesor José Caselli, dos homenajes al médico cirujano Dr René Favaloro y  la escultura "El Náufrago" de Emilio Andina. En un pasado también existió un busto dedicado al poeta Francisco López Merino (hurtado recientemente) y otra de la cantautora Mercedes Sosa (actualmente guardada y sin destino).

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