El Bon Odori Platense
Hay una noche de enero en particular en la que miles de personas viajan hasta la lejana Colonia Urquiza, casi al borde del Partido de La Plata, dónde reside una comunidad japonesas. ¿El motivo? Dar la bienvenida a las almas de los ancestros con una Gran Fiesta Milenaria: El Bon Odori.
Se trata de un mega-festival con música y danza tradicional, círculos bailes colectivos, expresiones artísticas, stand de ferias y gastronomía nipona; pero principalmente es un lugar y motivo de encuentro. La primera celebración en el Partido de La Plata fue en enero de 1999, y desde entonces no para de crecer. La organización esta a cargo de los padres de la Escuela Japonesa de La Plata y de la Comunidad Japonesa Argentina; aunque también posee el respaldo de numerosas instituciones públicas y privadas.
Una Milenaria Fiesta Japonesa
El “Bon Odori” es un Matsuri (fiesta tradicional) de origen
budista que se remonta a la Era Heian (794-1186dc). En sus orígenes la fecha
exacta se calculaba con el calendario lunar, pero con la adaptación al método
gregoriano (solar), comenzó a vincularse con el verano.
Su nombre “Bon” u “Obon” es una referencia al día del
respeto por los difuntos y los antepasados. Se trata de una concepción ligada al budismo, sintoísmo
y al confucionismo. Durante el periodo Muromachi (1392-1568 d.C.) se introdujo
el Odori, es decir un alegre baile en torno a una torre (yagura) con tambores
(taikos).
La fiesta no es solo para recordar con alegría, sino que también es para
brindarle la bienvenida a las almas de los antepasados. Según la creencia, en este día la barrera entre el mundo de los vivos y los muertos es más delgada facilitando la visita. Este el punto más álgido cuándo mediante un show de fuegos
artificiales (hanabi) se busca mostrarles a los espíritus el camino de retorno.
El Bon Odori Platense
Cada año cerca de 15 mil personas se reúnen en el predio
de la Escuela Japonesa de La Plata (calle 186 y 482) desde las primeras horas
de la tarde. Recorren las decenas de stand de cultura japonesa, participan de
juegos, disfrutan de los espectáculos artísticos, se suman a las rondas de
baile y disfrutan la extensa gastronomía oriental y principalmente pasan una
alegre jornada con amigos y familiares.
Para la organización es la posibilidad de poder
compartir e integrar las costumbres del país asiático con las argentinas. Para
los amantes de la cultura japonesa, es una excelente chance para adquirir
kimonos, yukatas y getas. Y en general es una gran excusa para escapar de la
monotonía urbana, disfrutar del verano, experimentar costumbres culturales
diferentes, y principalmente encontrarse con seres queridos y otros conocidos.
La Colectividad Japonesa de La Plata
La comunidad japonesa de La Plata es una de las más
importantes del país pese a no ser una de las primeras en llegar. Las relaciones
internacionales entre Argentina y Japón se remontan a fines del siglo XIX, y en
consecuencia las primeras olas migratorias comenzaron a principios del siglo
XX.
La crisis humanitaria de la Segunda Guerra Mundial impulsó
un mayor flujo humano hacía el país y la consolidación como colectividad. Pero
sería recién la de década del 60 cuándo Colonia Urquiza comenzó a tomar su
actual identidad, inicialmente con el respaldo de la “Compañía Pro Fomento de la
Emigración Japonesa” (Ministerio de Relaciones Internacionales de Japón) y los
convenios firmados entre ambos gobiernos.
Este alejado rincón del Partido de La Plata no es solo el lugar dónde “se celebra el Bon Odori”. Por el contrario, es una viva representación de toda una historia y cultura nipona. En esta pequeña región se produce el 70% de la producción nacional flor hortícola, una labor que genera 1.000 puestos de trabajo directo y 20.000 indirectos. Es un lugar dónde se vive con total pasión el béisbol (deporte nacional de Japón). Incluso se encuentra oculto uno de los mayores tesoros platenses, el jardín japonés “Mizujo Campo Libre”.
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