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Los Origenes PreHistórico de la Quema de Muñecos

Visita La Plata | 22:25 |

En 1956 se quemó el Primer Muñeco Moderno de Fin de Año, aunque el origen de La Gran Llama puede rastrearse aun más atrás en el tiempo. Un origen que nos lleva a la Quema de Espantapájaros, las inmigración, las antiguas celebraciones cristianas e incluso a un antiguo y sanguinario ritual griego.

En la esquina de 10 y 40 ardió una figura de un jugador del Club Cambaceres (1956), el cuál marcó el inicio de la tradición moderna. Una costumbre dónde los constructores eligen temáticas especificas para despedir o saludar el cambio de año. Pero varios años antes, en el cordón agrícola de la ciudad ya era común la Gran Quema de Espantapájaros.

Los Muñecos Primitivos de La Plata.

Las dos localidades más interpeladas por estas historias son Los Hornos y San Carlos, dónde las anécdotas han pasado de boca en boca. Entre los herederos de la Quema de Espantapájaros son los grupos constructores de 143 y 528. Allí las madres, padres y abuelos de los actuales constructores recuerdan la competencia que había entre los barrios y cómo era una herencia traída de sus abuelos.

En aquellos años de principios del Siglo XX la celebración consistía en la construcción de Muñecos Genéricos muy similares a los Espantapájaros a partir de madera, paja, trapos y ropa vieja que no podía volver a ser utilizada. Estas figuras solían medir más de dos metros y eran quemadas con el inicio del año.

En Argentina la Quema de Muñecos es algo bien tradicional de la región La Plata, Berisso y Ensenada; existen otros lugares del país y del mundo dónde la actividad se mantiene de diferentes formas. Los más importantes son la Quema de Momos en Quito (Ecuador), La Quema de Fallas en Valencia (España) y la Giubiana la Lombardía y Piamonte (Italia). También hay historias similares en Francia, Colombia y en los países eslavos (La Maslenitsa) Y si bien todas estas regiones parecen muy distantes entre sí, poseen el común denominador de las corrientes migratorias entre las urbes sudamericanas y europeas. 

La ciudad de La Plata fue bautizada como la "Capital del Inmigrante Italiano" por la fuerte influencia del colectivo itálico. Según el censo de 1884, el 78% de la población platense eran inmigrantes europeos. Sobre un total de 10.407 personas censadas, 4585 eran italianos, 869 provenían de España y otros 387 arribaron desde Francia. Incluso yendo al detalle, el 38% de los italianos se radicaron en Los Hornos y las Quintas (San Carlos). Una situación migratoria que también se refleja en las ciudades de Quito, Antioquia y en Mar del Plata; tres lugares sudamericanos dónde hay quemas tradicionales.

Los Primeros Rituales Muñequeros del Mundo

Cada región del tiene su propia versión oficial y bonita sobre los orígenes de sus quemas, y otra que se remonta a los años inmemorables de las diferentes civilizaciones; exactamente del mismo modo que ocurre en La Plata. En Valencia algunos vinculan la tradición a las Festividades de San José (19 de marzo) como tributo del Sindicato de Carpinteros. En Italia, la Giubiana y La Befana se vinculan más al cambio de año y a los regalos navideños como parte del folklore cristiano. Mientras que en Francia y en Ucrania existieron quemas de EspantaPájaros vinculados Pascuas y la Gran Cuaresma como repudio a Judas Iscariote. Todos estos orígenes están cuidadosamente registrados desde al menos siglo XVIII.

Pero como suele ocurrir a lo largo de la historia humana, una Fiesta suele también ocultar una Celebración catalogada como Pagana o Hereje que debía ser flexibilizada por las nuevas ideas del momento. En el norte de Italia, la Giubiana era una Quema Medieval de Muñecos realizado el último jueves de enero. Estas figuras debían representar el imaginario de las Brujas. A su vez esta celebración pudo ser la evolución de la Fiesta protocristiana "Befana", donde el 6 de enero se quemaban figuras de brujas "buenas" que llegaban repartiendo dulces a los niños como los Reyes Magos.

Continuando con el viaje en el tiempo, a su vez estas mujeres voladoras podrían haberse inspirado en otras quemas con orígenes en rituales por los Antiguo Solticio de Invierno, el cual se encuentra presente en casi todas las grandes civilizaciones antiguas (romana, celta, nórdica, incaica, etc). Entre los meses de diciembre y enero abundaban las celebraciones a las diferentes deidades greco-romanas. Por un lado estaba el Sol Invictus (21 de diciembre) en homenaje al Sol (Apolo-Grecia), Las Saturnales de Roma donde se daban regalos, la invocación al Dios Jano (cambio del año) y la Perchta (germana). En todas estas se usaban las hogueras y muñecos para marcar el retorno de la Luz frente a la oscuridad. En Europa Oriental, las Quemas durante la Maslenitsa fueron el remplazo a la festividad al Dios Eslavo Vele, la cual se celebraba con regalos, disfraces y quemas de espantapájaros. Por su parte, en la cultura Celta se quemaban hogueras con espantapájaros que representaban al Invierno. Y por si no fuera poco, los nórdicos tenían la Fiesta del Yule, dónde se quemaba un Nataliegu (tronco de árbol) y se guardaban las cenizas para proteger los hogares y ganados con la llegada del invierno. Esta última costumbre se expandió y aun persiste en Asturias, España.

Pero a todas las anteriores historias se suma una más antigua y oscura en el pasado de la Antigua Grecia. Se trató de la “Quema de Esfinges” como evolución del ritual del Rey Sagrado. En aquellos lejanos años todo comenzaba cuándo el hijo menor de un Noble Político (monarca) competía para casarse con una alta sacerdotisa de La Luna, quienes a su vez tenían un sistema social matriarcal. El joven era elegido como esposo y representante del Dios del Clan Regional, pero su mandato solo duraba un año lunar. Cumplido el lapso, el llamado Rey Sagrado debía ser sacrificado para que reencarne con el Nuevo Año. Los métodos para la ejecución podían ser varios, pero el final siempre debía ser una Esfinge de Madera dónde se colocaba el cuerpo para que el Rey sea quemado. Con el paso de los años se cree que los Reyes Sagrados tomaron más influencia y simplemente se escondían por un par de días para luego "renacer" con el mismo cuerpo.

Recorriendo las historias del Mundo pueden encontrarse mil historias vinculadas al uso del fuego como elemento de ritual y a la necesidad de celebrar el cambio de un año. Las anécdotas que pueden ser más bonitas o más crueles, pero que se relacionan a una necesidad comunitaria humana de celebrar de una manera acorde a las creencias y valores de cada etapa. En nuestra ciudad, muy lejos de las cuestiones religiosas/mitológicas, la Gran Llama es la excusa para recorrer el barrio, juntarse con seres queridos y expresar una forma más del arte.


https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

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