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El General Manuel Hornos, un platense postmortem

Visita La Plata | 21:12 |

Muchas veces se habla de las primeras personas que se mudaron a la ciudad de La Plata para trabajar en su construcción. Pero en el Cementerio de La Plata hay un destacado mausoleo de una persona que falleció diez antes de que se funde la ciudad. Su nombre es Manuel Hornos, quién fue unos de los generales más condecorados en las guerras por la unificación nacional.

Una página perdida de la historia.

Manuel Toribio Hornos Correa nació el 18 de julio de 1807 en la provincia de Entre Ríos. Pero si se mira la placa biográfica en el mausoleo, pareciera que su vida comenzó con la Rebelión de 1852, lo cual está muy lejos de ser cierto.

No existen datos exactos sobre su enrolamiento y sus primeros pasos dentro del Ejército porque en aquellos años se vivía la llamada “Anarquía del XX”. Por un lado crecía la feroz guerra civil entre unitarios y federales; mientras que en paralelo se desató la Guerra contra el Imperio del Brasil. Pero si es un hecho que el joven gaucho Manuel Hornos se alistó en las fuerzas del General y Gobernador entrerriano Lucio Norberto Mansilla, quién era héroe durante Invasiones Inglesas y la campaña del los Andes. Es difícil saber si el bautismo de fuego lo tuvo en el asedio a Montevideo, en la batallas contra Estanislao López (Santa Fé) o como parte de las tropas legalista frente a Rebelión Jordanista. Pero durante todo este tiempo Manuel Hornos siempre fue leal al gobernador Mansilla y habría tenido cercanía con el General Lavalle.

Según Leopoldo Lugones (h) en “La Historia de los Caballos”, ya en 1831 Manuel Hornos era un muy querido e importante oficial de caballería del Ejército Unitario. Su respeto emanaba por ser una persona carismática que lideraba las acciones de combate, por tener costumbres gauchescas y por sus eventuales reflexiones sobre la vida, la guerra, la paz y la muerte.
En el texto de Lugones se narra cómo estuvo a punto de ser fusilado por conspirar contra el General Echagüe, quien era leal al Restaurador Manuel de Rosas. Al ser reconocido por su carcelero (Epitacio Nuñez), pudo escapar a caballo y luego se embarcó rumbo a Uruguay.

Durante su exilio participó en la guerra civil de dicho país y conoció a otros caudillos (unitarios y federales) que se encontraban en situaciones similares. Eventualmente también participó en levantamientos menores durante la década del 40. Es muy probable que en estos años haya conocido a un joven Dardo Rocha, Bartolomé Mitre y Domingo Sarmiento y otros personajes centrales para la idea de “fundar una nueva capital”.

Al momento de gestarse la Batalla de Caseros, Manuel Hornos fue nombrado como Coronel de a 2° División de Caballería. La misma estaba compuesta por 600 hombres, siendo la columna más numerosa.

Una semilla platense.

Pese a haber nacido en la provincia de Entre Ríos, Manuel Hornos siempre estuvo más aliando a los intereses de la Provincia de Buenos Aires, el Partido Unitario y con la unificación de todo el territorio. En consecuencia participó en: la Rebelión Bonaerense (septiembre de 1852), el Combate de El Tala (1854), en la Batalla de Cepeda (1859) y en la Batalla de Pavón (1861) en el bando del General Bartolomé Mitre. También participó en la reorganización y traspaso de gobiernos locales militares hacía un esquema civil con Jueces de Paz (1). En forma paralela existía una figura porteña en asenso, nuevamente el Dr Dardo Rocha, quién tenía el rango de Teniente Primero y mensajero del General Antonio Susini.

Con el fin de la guerra civil y la unificación del actual territorio argentino, se procedió a la fusión de todos los ejércitos unitarios, federales y provinciales bajo un solo mando. De este modo Manuel Hornos fue nombrado como uno de los primeros Generales en la reunificada Confederación Argentina. Esta nueva realidad respondía al deseo del Presidente Mitre de evitar nuevos levantamientos armados mientras consolidaba la idea de un sistema federal (2).

Con 58 años, con una salud precaria y con más de 30 al servicio, el Brigadier General Manuel Hornos podría haber pasado sus últimos días como un alto mando militar retirado. Según la normativa del momento, le correspondía una pensión equivalente al 50% de su salario. Pero cuándo en 1865 comenzó la Guerra de la Triple Alianza, no dudó en tomar el mando en la vanguardia de la Guardia Nacional.

En abril de 1865 el Ejército de Paraguay invadió la Provincia de Corrientes, dando el inicio oficial de la guerra contra la Argentina. Casi en paralelo también comenzó una serie de levantamientos armados en contra de la Presidencia de Bartolomé Mitre. Frente a toda complejidad, el Brigadier General Manuel Hornos se puso al frente de la caballería en la Campaña de Corrientes. Junto al General Nicanor Cáceres, fueron los encargados de resistir la invasión, sofocar rebeliones internas y de recuperar el territorio perdido. En estos escenarios se cruzó con varios jóvenes oficiales que luego fundarían la ciudad de La Plata como base de una pacificación nacional definitiva.

Unidos en la Tragedia

La Guerra de la Triple Alianza tiene muchas páginas oscuras por las propias características de los combates, pero también por las intrigas políticas, las traiciones, la incompetencia y el posterior genocidio paraguayo. Una de esas historias ocurrió el 31 de enero 1866 durante la Batalla de Pehuajó.

El ejército paraguayo se había retirado de la provincia de Corrientes pero continuaba realizando ataques de hostigamientos. Fue entonces cuándo el Presidente Bartolomé Mitre llegó a la zona fronteriza y ordenó un contraataque definitivo. Con este fin se organizó una emboscada encabezada por el 5º Batallón de la 2ª División “Buenos Aires”, al mando del Teniente Coronel Carlos Keen, quién cayó en combate. En esta unidad también se encontraba Sargento Mayor Dardo Rocha (fundador de La Plata). Todo el operativo estaba bajo las órdenes del General Emilio Conessa.

Combate de Paso de la Patria - Acuarela de José I. Garmendia

La operación tenía graves fallos desde un inicio como antesala de la posterior masacre. El Batallón 5 estaba compuesto por milicianos con experiencia de caballería, pero se les ordenó cumplir el rol de Infantería sobre un terreno complejo. Posteriormente el silencio absoluto recomendado para estas operaciones fue incumplido, por lo cual las fuerzas adversarias se replegaron hasta sus posiciones defensivas originales. Peor aun, luego de perderse el factor sorpresa, el Coronel Conessa ordenó un avance generalizado y de frente hacía un adversario atrincherado. La derrota fue absoluta. El ejército argentino tuvo 900 bajas sobre un total de 1580 movilizados. Los defensores perdieron 170 combatientes de los 1150 emplazados.

Peor aun, mientras que el General Conessa dijo que las tropas paraguayas tenían la ventaja de “estar descalzos”, el Presidente Mitre habría frenado los refuerzos que otros altos mandos querían enviar, entre ellos la Caballería de Manuel Hornos. Según el Dr Carlos D’Amico (3) esto habría sido porque a Mitre le interesaba tener menos opositores bonaerenses. Aunque la mayoría de los historiadores modernos consideran que solo fue parte de la ineptitud y verticalidad del Mandatario como estratega.

Más allá de las conjeturas y las tragedias, como consecuencia de la Batalla de Pehuajó, el Dr Dardo Rocha (herido por cargar en vanguardia) recibió el beneplácito de Manuel Hornos. Posteriormente ambos estuvieron en la Batallas de: Estero Bellaco (2 de mayo), Tuyutí (24 de mayo) y Curupaytí (22 de septiembre). Estos fueron algunos de los combates más crudos de todo el conflicto, lo cual marcaría el impulso diplomático del Dr Dardo Rocha. También en estas acciones ocurrió la muerte de Dominguito Sarmiento, hijo del futuro Presidente Domingo Sarmiento.

Las tropas argentinas no habrían participado del Saqueo de Asunción (1869) ni tampoco tuvieron mucha participación en la Campaña de las Cordilleras (1869-70) dónde ocurrieron las mayores barbaries del conflicto. Para estos tiempos Manuel Hornos había sido ascendido a Brigadier General para repeler las nuevas revueltas en la Provincia de Entre Ríos. Por su parte Dardo Rocha comenzó la carrara legislativa para fundar una Nueva Ciudad Capital que sea sinónimo de Paz y Progreso.

Platense Post-Mortem.

Finalmente el 10 de agosto de 1870 el Brigadier General Manuel Hornos fue internado en el Hospital de Hombres y falleció el 15 de julio de 1871. Inmediatamente fue enterrado en el Cementerio de Recoleta, dónde Bartolomé Mitre dijo en su memoria: 

“Murió puro como nació, pobre como vivió. Su vida es un romance heroico, 
y su carrera militar una epopeya gloriosa”.

Su cuerpo descansó en la cuidad de Buenos Aires hasta que en octubre de 1907 se aprobó la Ley Provincial 3058 para que trasladado al Cementerio de La Plata. Al día de la fecha no existe un motivo exacto que haya motivado esta decisión. Pero existe el fuerte rumor de que en su última voluntad afirmó que quería descansar en la Futura Capital de la Provincia de Buenos Aires. Por consecuencia sus desciendes y amigos habrían promovido la iniciativa para que pases sus años como un Platense Post-Mortem.

La línea de descendencia del Manuel Hornos creció por dos vínculos amorosos que terminaron creciendo junto a la ciudad de La Plata. Primero se casó con Cecilia Romero López, con quien tuvo a su hija Ana del Pilar Hornos y Romero (1837-1867). Ella casó con Augusto María Rivero, pero no es seguro si hubo una descendencia directa (4). Posteriormente Manuel también se vinculó con María de Souza, dando a luz a Teresa Hornos y Souza. Según la Ley 3058, fue su hija Teresa quién estuvo a cargo del traslado del cuerpo de su padre. Además el gobierno provincial entregó 10 mil pesos para colaborar en la construcción del mausoleo. Los arquitectos Coutaret y Torres eran de los más destacados del momento.

Teresa Hornos y Sousa se casó con Fausto Martínez, dando inicio a las ramas de Eusebia y de María Teresa Hornos-Martínez. María Teresa (nieta) se casó con Santiago J. Carbone. Existe la posibilidad de que dicho conyugue sea el mismo “Santiago J. Carbone” que ejerció como Concejal en la ciudad de La Plata en 1890 durante la gestión de Marcos Levalle. También hay relatos sobre de un “Santiago Juan Carbone” que fue invitado por el mismísimo Dardo Rocha para que instale el primer corralón en la ciudad de La Plata. Y por si no fuera poco, también se constataría la presencia de “Joaquina Argentina Rivero y Hornos” (5), descendiente de Ana del Pilar, con domicilio en City Bell.

Si bien el Brigadier General Manuel Hornos estuvo muy lejos de ver la fundación de la ciudad de La Plata, a su modo siempre estuvo presente. Como militar profesional luchó por el ideal de una Provincia de Buenos Aires integrada y pacificada con el resto del país. Posteriormente tuvo un indudable conoció a los personajes que impulsaron la idea de “Una Nueva Capital” (Mitre, Sarmiento y Dardo Rocha). Y finalmente al menos una parte de su descendencia vivió y creció en la ciudad de La Plata desde los primeros años de su fundación.


https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

(1) “El Ejército de la unificación. La nacionalización de la organización militar, entre Buenos Aires y la Confederación Argentina, 1862-1864” del Doctor en Historia Lucas Codesido (CONICET) - Revista Universitaria de Historia Militar Volumen 11, número 23, Año 2022, pp. 160-181 ISSN: 2254-6111

(2) La provincia de Buenos Aires y el Presidente Mitre habían sido referentes del ideal unitario en desmedro de los intereses de otras provincias. Al llegar a la presidencia intenta un esquema intermedio. Adopta el federalismo siempre y cuándo el Poder Nacional quede en la Ciudad de Buenos Aires, lo cual por consecuencia hizo que la Provincia de Buenos Aires pierda su capital original.

(3) “Buenos Aires, Sus Hombres, Sus Políticas” – Dr Carlos D’Amico

(4) Según el árbol genealógico virtual de geneanet, Augusto Rivero solo tuvo hijos con segunda esposa Vicente Herrera. Pero algunas otras fuentes sugieren que si existió una rama Rivero-Hornos que habría habitado en City Bell.

(5) Nota biográfica en memoria de Santiago Manuel Carbone – Diario El Día – 1° de Septiembre de 2014.


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