El Árbol de Guernika
A muy pocos metros de la escultura El Arquero Divino de Troiani crece un majestuoso árbol que narra una historia sumamente importante la llegada de los inmigrantes vascos a la ciudad de La Plata. Un roble que nos habla de las costumbres de un pueblo y de sus tragedias.
Un símbolo de la Cultura Vasca
Plantado
en 1956 como una iniciativa del Euzko Etxea (Casa Vasca o Centro Vasco), se trata de
un retoño del histórico “Roble de Guernica Hijo” que existía en la Casa de
Juntas del País Vasco. Este ejemplar era sumamente
importante porque proviene de una larga tradición Vizcaya iniciada en el Siglo XII. Siendo aun un Estado independiente, las juntas comunales tenían
como costumbre hacer sus juramentos y reuniones a la sombra un roble.
La importancia
del Árbol de Guernica puede apreciarse en el hecho de que el mismísimo Rey Fernando II
(1476) y la Reina Isabel I "La Católica" hicieron
sus juramentos bajo su sombra. Por aquél entonces aun estaba vivo el llamado “Árbol Padre” que falleció en
El Robles Europeo (Quercus robar) es el
mayor símbolo de las libertades e identidades tradicionales de Vizcaya y, por
extensión, del pueblo vasco. En gran parte de las comunas municipales se
utilizan su imagen para los escudos y banderas. Incluso los funcionarios
públicos aun realizan juramentos bajo su sombra y los artistas componen
sus obras.
El Retoño de una Tragedia
En
particular el retoño que crece en la Plaza Moreno, además de ser una
reafirmación cultural, es principalmente un recuerdo hacía las víctimas del
Bombardeo de Gernika.
En plena
Guerra Civil Española, la región del País Vasco se convirtió en un foco de
resistencia en contra la Dictadura de Francisco Franco. En consecuencia
dictador Adolf Hitler ordenó que la Fuerza Aérea Nazi realice un bombardeo en apoyo de la causa franquista.
El 26 de abril de 1937 la Legión Cóndor, compuesta por 31
aviones bombarderos y 26 aviones caza, atacó la ciudad de Guernica. Esta era considerada la Capital Cultural de la nación y no era
empleada con fines estratégicamente militares. En solo tres horas se lanzaron
más de 40 toneladas de bombas; destruyendo el 70% de los edificios y dejando otro 20% con daños severos.
Como suele ocurrir en todos los
genocidios, no hay una cifra exacta ni cercana que determine la cantidad de
muertes. Algunos afirman que fueron 300 los fallecidos, otros hablan de hasta
2000. El motivo principal de la discordia es que luego del ataque entraron las
tropas franquistas para destruir los archivos y las evidencias.
La Casa de la Junta Vasca y el Árbol Hijo de Guernica fueron uno de los pocos lugares (10%) que no fue víctima de las bombas y las llamas. Aun así la masacre fue tan grande que el pintor Picasso dedicó todo un complejo cuadro que narra la situación. En esa obra, utilizando una lúgubre paleta monocromática, retrato el sufrimiento y el horror mediante figuras distorsionadas y rotas. Entre los cuerpos de personas y los animales desmembrados puede apreciarse una mujer con su hijo fallecido en los brazos mientras que sus ojos son literalmente lagrimas que encierran el globo ocular. Otra mujer, manteniendo los ángulos de la tensión, intenta llevar esperanza con la luz de una lámpara, pero la aprieta tanto que sus dedos parecen quebrarse.
Las raíces vascas de los platenses
La presencia de la comunidad vasca en nuestra ciudad existe desde antes de la Fundación (1882). Sin ir más lejos la Familia Pereyra Iraola tenía sus orígenes en la ciudad vasca de Tolosa, de la cual tomaron su nombre para la localidad platense de Tolosa (1871). Ellos también fueron los primeros en traer un retoño del Árbol de Guernica para su estancia y en promover las fiestas vascas.
Con el paso de los años también se plantaron nuevos retoños. Uno de ellos se encuentra frente a la sede institucional de calle 58 y 14. Según registra José Joaquín Saldías en el artículo “La memoria del roble de Gernika en La Plata”, en el número 10 de la revista Eguzkia, la ciudad posee cinco robles donados por la colectividad. El último se planto en el Jardín de la Paz (El Bosque) en conmemoración al 70° aniversario del bombardeo de Gernika. Éste fue una donación de Salvador Oria, quien obtuvo el retoño de una bellota del roble de la plaza Juan de Garay de Buenos Aires.
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