La noche en que el cielo brilló – Nova Puppis
Eran cerca de las 23:30 horas del 8 de noviembre de 1942 cuándo el Dr. Bernhard H. Dawson notó algo diferente en el cielo. Una inusual luz. Un intenso brillo qué apareció dónde antes no había nada. Sin dudarlo corrió hasta la Facultad para confirmar lo que estaba ocurriendo: ¡Una estrella desconocida acababa de explotar!
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Dr. Bernhard Dawson |
Cuentan las historias qué aquella noche el Dr Dawson se encontraba en el techo de su casa, en calle 59 entre 8 y 9, haciendo estudios a simple vista. Repentinamente se percató de una nueva brillante estrella (magnitud ~1,5) que no podía identificar en ningún catálogo ni carta del momento. Algo estaba pasando en la profundidad del espacio, algo magnífico y de dimensiones siderales.
Sin tomar reparos, volvió inmediatamente al Observatorio para dar aviso y mejorar el primer reconocimiento. Envió un telegrama al Observatorio de Córdoba, y estos mediaron la comunicación con Harvard, quienes centralizaban las noticias astronómicas.
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CP Nova Puppis - 1942 |
Aquella noche cambió la vida del observatorio platense. Todo el equipo se convocó y se mantuvo alerta del acontecimiento. Alexander Wilkens, encargado del reflector Gautier, junto a sus ayudantes Jorge Sahade y Carlos U. Cesco, tomaron las medidas espectrales de la Nova. El Dr Dawson estimó su brillo para determinar la curva de luz. Por su parte, desde Córdoba, Jorge Bobone y Martín Dartayet siguieron la evolución y tomaron placas de foco newtoniano (astrofotografía) para la determinación de posición y realizar el seguimiento de brillo y color. El estudio permanente se mantuvo hasta 1947.
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Entrega de la Medalla de Oro AAVSO |
Por su parte, el Dr Dawson continuó su trabajo en la Universidad de San Juan y colaboró con la creación del Observatorio Felix Aguilar.
CP Nova Puppis:
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CP Nova Puppis - 1942 |
Si bien durante los primeros análisis de 1942 no se conocían los detalles, hoy sabemos que CP Nova Puppis se trata de un sistema de estrellas binarias ubicado a 3720 años luz de nuestro planeta. El intercambio de materia entre ambas, lo cual hace que eventualmente ocurra un colapso de la principal.
La estrella protagonista tendría 1.1 veces el tamaño de nuestro Sol. Esto pudo calcularse 14 años más tarde. Se volvió a chequear definitivamente en el año 2000 con la Sonda Espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea.
Este sistema está conformado por una Estrella Enana Blanca que está absorbiendo el material de su hermana, una Estrella Gigante Roja Evolucionada que se encuentra al final de su vida. El hidrógeno y el helio transferido es compactado en la superficie de la enana blanca, lo cuál hace que esta eleve su temperatura drásticamente. Llegado un punto, la temperatura y la presión llegan a un punto crítico que desencadena una fusión nuclear. La enorme cantidad de energía liberada produce un destello de radiación electromagnética muy brillante, pero de corta duración.
Esta explosión crea nuevos elementos químicos que son arrojados al espacio, pero no necesariamente destruyen el sistema binario. Pasado el tiempo, la enana blanca puede volver a generar múltiples eventos de nova, mientras siga habiendo masa disponible en la estrella compañera para la acreción. El ciclo se termina cuándo la estrella donante agota su material o cuándo la enana blanca estalla con suficiente violencia como para destruir el sistema completo.
Durante la CP Nova Puppis 1942, la estrella enana blanca aumentó su brillo al menos 9 millones de veces. Tras la explosión se crearon átomos de nitrógeno, carbono, hierro, oxígeno, magnesio y silicio.
Apreciar la complejidad de una Nova es una oportunidad de conocer nuestra propia naturaleza humana. Sin ir más lejos, todos los elementos de la tabla periódica, todos los átomos que componen nuestros cuerpos, son la consecuencia de una explosión termonuclear de una Nova o una SuperNova.
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