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Parroquia Nuestra Sra de Luján

Visita La Plata | 3:00 |

Sobre la avenida 60, entre las calles 27 y 28, se eleva un inmenso campanario. Por su hermoso diseño y ornamentación se podría pensar que se trata de un templo de los primeros años de la ciudad; pero a veces las apariencias engañan.

Bautizada como “Parroquia Nuestra Señora de Lujan”, en tributo a la Patrona de nuestro país, la iglesia comenzó a construirse 2 de diciembre de 1944. Y cumpliendo un tiempo record, fue inaugurada el 17 de junio de 1945; es decir en menos de siete meses. El diseño y la dirección estuvieron a cargo de los arquitecto Carlos Massa.

Un arte que mira hacía el Pasado

La arquitectura y estética general de la Iglesia y sus dependencias evocan a un pasado lejano. Esto se debe a una puja ideológica en el contexto social, artístico y arquitectónico de los años cuarenta. La década del 30 y del Golpe de Estado trajeron el final de un ciclo liberal-reformista, y se dio paso a una competencia entre los sectores conservadores-nacionalistas y los modernistas. Por un lado estaban quienes deseaban impulsar la arquitectura moderna planteada por Charles Le Corbusier. En la vereda de enfrente estaban los defensores de recuperar las raíces identitarias mediante en estilo neocolonialista.

Hacía mediados del siglo XX ya habían sido superadas las tensiones por la guerra de independencia. Además en ambos países, siguiendo la tendencia mundial de un nacionalismo extremo, buscaban encontrar identidades nacionales arraigadas en un pasado glorioso. Dicho de otro modo; dejar de mirar la modernidad y glamour europeo, y comenzar a forjar símbolos propios a partir de historias épicas.
En la literatura se consolidó una imagen heroica y "superior" de los gauchos, principalmente por la pluma de Leopoldo Lugones. En sintonía, y con menos fanatismo ideológico, dentro de la arquitectura nació el estilo neocolonial. Un camino que buscaba recuperar las imágenes de los edificios coloniales dentro de un idealizado Virreinato del Río de La Plata. 

En particular, durante los primeros años de la colonización, los Jesuitas tuvieron una gran influencia en la organización comunitaria, talleres y construcciones. Fieles a sus doctrinas y costumbres, ellos intentaron replicar los templos clásicos dónde la operatividad de los espacios era la principal prioridad.

Por eso mismo, observar la Parroquia Nuestra Señora de Lujan es observar tres momentos históricos a la vez. Los años 30-40 vinculados al nacionalismo, el siglo XVIII con el apogeo del imperio español y los albores de influencia jesuita del siglo XVI.

Las iglesias jesuitas parten de una base clásica dónde las naves deben tener muros sólidos y robustos que sirvan de refugio para la población en casos de ataques o tormentas. De este modo las ventanas solo tienen el rol de iluminar y refrescar los espacios de manera segura. Normalmente son escasas y ubicadas en las alturas. Además las paredes son uniformes, revocadas y pintadas con un tono amarillo rojizo en alusión los materiales de construcción americanos: ladrillos y tejas de adobe, madera cocida y algunas tintas.

La Arquitectura NeoColonial

La estructura general del templo responde al crucero clásico católico (forma de cruz), con un ingreso principal por la base (oeste), el altar en la cabecera y puertas laterales en los brazos. Continuando la tradición colonial hispánica, estas últimas esquinas se comunican con la sacristía, las áreas de servicio y un patio interno dedicado al culto.

La fachada principal tiene dos ejes característicos que remarcan la esbeltez edilicia. El ingreso se realiza por imponente pórtico decorado con columnas adosadas y con capiteles que fusionan rasgos grecolatinos y califal. Por encima del frontón rectangular aparece la ventana dónde se ubica el balcón interno del coro, acompañado por columnas y un arco circular. Como cierre vertical se encuentran la mayor parte de los ornamentos (molduras y pilares) que acompañan al mosaico de la Virgen del Luján.  Esta terminación es una variación de “frontón brisé”, donde se juega con las curvas de un arco que es fraccionado por una espadaña (pilar) que sostiene la cruz católica.
Por el costado y pegado al frente se elevan la torre y el campanario. Nuevamente la solidez estructural se impone a la necesidad de ventanas. El nivel de las campanas si posee amplios arcos que favorecen el flujo de las ondas sonoras. Además, aquí se puede notar lo ancho que son las paredes, por ende el peso y la fortaleza típicos del estilo arquitectónico clásico.

El interior del templo se divide en una nave central para las misas, dos galerías laterales y el altar principal. Como es costumbre en la religión católica, en los costados se encuentran los confesionarios, la pila bautismal, esculturas y sectores de oración.
Fiel a la tradición, la orientación Este-Oeste, con prominencia en los ventanales de estos puntos cardinales, genera una mayor iluminación durante todo el día. Además las formas geométricas a partir de arcos de punto medio, las galerías del tipo cañón y la bóveda central de forma cuarto esfera; no solo potencian los reflejos de la luz en un sutil tono dorado, sino que además generan una sensación visual y sonora de inmersión.

Tras una espera de cuatro años, la Parroquia se oficializó en 1949 por decreto de monsteñor Tomas Juan Solaris. Pero esta demora burocrática no impidió su acelerado desarrollo. En poco tiempo comenzaron a funcionar un grupo scout, grupos de oración, talleres y los colegios “Santa Teresa de Jesús” y “San Pío X”.

En el año 2022 fue parte de la Primera Edición de la Noche de Templos de la ciudad de La Plata. Para aquello histórica velada hubo exposiciones, espacios informativos y un ciclo de coral.


https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

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