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Un Nazi en La Plata - Parte 1 - Crímenes y la Fuga

Visita La Plata | 1:57 |

Existen muchas historias sobre la fuga de oficiales y políticos nazis después de la Segunda Guerra Mundial; y varias de ellas cruzan el océano hasta la costa Argentina. La ciudad de La Plata no escapa a estos relatos, ya que aquí vivió el genocida Joseph Schwammberger.

Joseph Franz Schwammberger nació el 14 febrero 1912 en Bresanona, por entonces un territorio del Imperio Austrohúngaro germanoparlante que posteriormente fue anexado por Italia como botín de la Gran Guerra (1914-1918). Sumergido en un mundo agitado, fanatizado y de muchos cambios radicales; terminó adhiriendo a las ideologías fascistas y se alistó en las nefastas SS (Schutzstaffel o “escuadras de protección”), es decir las fuerzas parapoliciales de seguridad del Partido Nazi.

Dentro de las SS Joseph Schwammberger habría alcanzado el rango de Oberscharführer, es decir de Teniente Coronel, aunque algunas veces también se lo menciona como Unterscharführer (Sargento). A partir de 1941 fue oficial en un Campo de Trabajo Forzados cercano a Rozwadow, hasta que este sitio fue completamente liquidado.  En septiembre de 1942 fue asignado como Comandante al frente del Ghetto A del Campo de Concentración de Przemysl (Polonia). Aquí es dónde más asesinatos habría cometido, particularmente recordado por la frialdad y crueldad de sus acciones. Uno de los testimonios de la causa judicial narró que: “Había un judío herido tirado en la calle, con un tiro en la parte inferior del cuerpo. Nos detuvimos, yo, él, su esposa y el perro. Esa persona en la calle solo podía decir 'Agua, agua, agua'. Y Schwammberger tomó su pie derecho y lo volteó boca abajo. Sacó su pistola y yo estaba mirando a la Sra. Schwammberger para ver cómo se veía. Ella se dio la vuelta. No quería mirar. Y le disparó. Justo en la cabeza”.

A partir de 1943 el Campo Przemysl se dividió en dos Ghettos, uno para los trabajos forzados, a cargo de Schwammberger, y la sección B para los exterminios. Una semana después del inicio de la Aktion Final, el comandante de la GPK, Bennewitz, prometió que todos los judíos que se reportaran voluntariamente podrían ir a un campo de trabajo. Así fue que 1580 individuos se entregaron; pero el 11 de septiembre de 1943 fueron fusilados en el patio del edificio Judenrat en grupos de 50. Y al poco tiempo también comenzaron los traslados hacía Auschwitz. Esto hizo que muchos reclusos de la Sección B buscaran refugios secretos en el Sector A. Esto inició una segunda cacería  donde la Gestapo, las SS y el Comandante Schwammberger mataron otras 1.000 personas que se escondían en "bunkers". Stefanía Podgorska, una joven polaca católica de 17 años, testificó cómo a partir de 1942 comenzó a dar refugio los prisioneros que escapaban ante el rumor de que Przemysl sería liquidado. En su ático llegó a esconder hasta 13 personas.

Existen muchas cifras que magnifican el Campo de Concentración de Przemysl, algunas afirmando que llegó a tener más 28 mil personas sometidas. Ante el imparable avance del ejército soviético, en febrero de 1944 se dio la orden de que el Campo sea liquidado, que nadie quede vivo. Cuándo las tropas soviéticas llegaron el 27 de julio de 1944, solo encontraron 120 sobrevivientes. Con el paso de los días la cifra aumentó a 250 y 400 gracias a los numerosos bunkers secretos.

Tras el retroceso del frente de combate, Schwammberger fue asignado brevemente al Campo de Mielec. Ante la inminente caída del Tercer Reich organizó su primer intento de fuga, pero fue apresado en Innsbruck por la policía austriaca, quien le decomisó piezas de oro y otras joyas. Según cuenta el investigador Uki Goñi, Josef confesó “Llevé a cabo las ejecuciones de 35 personas, disparándoles en la nuca con una pistola. Les disparé a 10 centímetros de distancia. Si seguían mostrando algún signo vital, les volvía a disparar en la sien”.
Por un breve tiempo estuvo detenido en un campo de prisioneros ubicado Francia, pero logró fugarse. Durante algunos meses estuvo escondido en Europa, hasta que pudo ingresar a una red de protección de nazis. Según Uki Goñi, uno de los mayores expertos en la teoría de la Red Odessa, a la Argentina llegaron 228 criminales infiltrados como refugiados de Cruz Roja o del Vaticano. En aquellos años se estima que ingresaron 80 mil personas provenientes de Europa Central.

40 Años de Impunidad

El arribo de Joseph Schwammberger es un caso bastante particular. Él partió del Puerto de Génova en el buque “La Campana” y arribó a nuestro país el 19 de marzo de 1949. Al iniciar sus papeles se anunció con su verdadero nombre, y no con un alias como hicieron otros fugitivos. Durante los primeros años, junto a su esposa, vivieron en San Isidro, luego en Don Torcuarto y finalmente se instalaron en La Plata. Precisamente en el barrio La Cumbre, en la actual localidad de San Carlos. Ese camino reconstruido por Jorge Camarasa en su libro Odessa al Sur. 
Ya instalado comenzó a trabajar en la Petroquímica Sudamericana en la localidad Olmos (44 y 184), actualmente conocida como Mafissa. Un dato curioso es que el fundador de la compañía fue Jorge Curi, quien se hizo tristemente célebre por estar vinculado a la DIPBA (Departamento de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires) y la desaparición forzada de 15 trabajadores. Un segundo dato de color es que la empresa fue adquirida en 1968 por la firma holandesa-germana AKZO.
Durante muchos años y su esposa vivieron en total libertad e impunidad, tanto que incluso sacaron la nacionalidad argentina utilizando sus verdaderos nombres. En particular Joseph Schwammberger hizo el trámite en 1965, obteniendo la Libreta de Enrolamiento N 7.603.354

Todo podría haber terminado como una impune historia oculta a la vista de todos; pero algo pasó. En 1971 una de sus víctimas lo vió caminando por La Plata. Superando el horror inicial, comenzó a seguirlo para confirmar su sospecha y averiguar dónde vivía (por la calle 141). Tras confirmar sus peor miedo, se puso en contacto con las organizaciones israelitas y con Simón Wiesenthal, el cazador de nazis más famoso del mundo. Estuvieron vigilándolo durante un año para juntar pruebas y confirmar la identidad. Finalmente en 1972 Wiesenthal hizo la denuncia en los Tribunales de Alemania, uno de los Comandantes de Przemysl, sospechoso de al menos 3600 muertes, había sido encontrado. El problema es que estaba en Argentina, dónde numerosos criminales tenían protección de funcionarios gubernamentales y no tenían mucho margen para hacer otra “Operación Garibaldi” (El secuestro ilegal de Eichmann).

Siguiendo los caminos formales, el Tribunal de Alemania pidió la detención y extradición el 30 de abril de 1973, la cual recayó en el Tribunal Federal de La Plata N°3. Pero en el medio alguien se enteró y alertó al genocida, quien literalmente desapareció por varios meses. Se cree que primero se ocultó en un barco petrolero, el cual partió de Ensenada hasta Canadá, dónde vivía uno de sus hijos. Allí habría esperado un tiempo y volvió a la Argentina, a la localidad de Temperley. Nuevamente amparado por el contexto político, vivió paz durante otros 14 años. La Embajada de la República Federal Alemana repitió sus reclamos el 13 de mayo de 1975 y el el 15 de abril de 1983; pero su captura se mantuvo cajoneada. Recién con el retorno de la Democracia, el Poder Judicial comenzó a buscarlo nuevamente, aunque el camino no sería fácil.



https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

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