Es considerado el 6° mejor guitarrista de rock de la Argentina, según la revista Rolling Stone, quien también incluye 3 de sus canciones entre las 100 mejores del rock nacional. Sus riff son una marca registrada dentro de la música, junto a su característica voz (baritono). Por su parte, la fundación Konex lo reconoció como uno de los mejores cinco solitas del rock nacional, aunque en lo personal Skay rechaza el concepto “solista” porque invisibiliza al resto de los músicos.
Eduardo Beilinson nació el 15 de enero de 1952 en la ciudad de La Plata. A los 12 años comenzó a sus clases de guitarra criolla, pero desde un primer momento sintió el llamado hacía el rock. Sus primeras influencias fueron Los Beatles, Rolling Stones y Animals.
En una primera instancia comenzó a tocar con su hermano Guillermo, durante su estadía en Europa. Posteriormente, tras volver a la Argentina, formó la banda “Taxi Rural” junto a Miguel, Jorge y Alfredo. El nombre hace referencia a su trabajo como peón de taxi, con lo cual comenzó a forjar una identidad sarcástica y tenebrosa.
También conformó las bandas “Diplodocum Red & Black” (Guillermo Beilinson, Héctor "Topo" D'Aloisio, Bernardo Rubaja, Kubero Díaz e Isa Portugheis) y “La Cofradía de la Flor Solar” (Gustavo Meli, Sebastián Rivas y Morcy Raquena). Durante estos años comenzó a recorrer el país y a vivir en diversas comunas. Fue en estos espacios (1969) dónde conoció a su futura esposa y manager: Carmen Castro, más conocida como “La Negra Poli”.
Finalmente en 1976, junto al Carlos “Indio” Solari y La Negra Poli, fundaron la histórica banda “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”. Sin dudas una de las bandas más influyentes de la música latinoamericana. Su origen exacto es impreciso porque comenzó como un nuevo movimiento artístico que mutó y se cristalizó una como banda de rock; todo la dictadura militar argentina iniciaba un gobierno de represión y censura. En consecuencia el rock nacional, la música alternativa y las expresiones populares eran motivo de detención por considerarse “subversivas”.
El debut oficial de “Los Redondos” fue en el Teatro Lozano, en 1977, momento en el que adquirió su nombre. La anécdota cuenta que uno de los amigos del grupo, “El Docente”, repartió buñuelos de ricota al público iniciando la tradición y el bautismo.
Durante estos años oscuros la banda debió recurrir a recitales clandestinos o disfrazados con otras expresiones artísticas. La liberación del rock nacional argentino recién comenzaría en 1982, cuándo la Dictadura prohibió la música en ingles para manipular un sentimiento nacionalista en post de la Guerra de Malvinas.
Pero no fue hasta 1985, ya en democracia, cuándo Los Redonditos se arrojaron a la aventura de grabar un primer disco: “Gulp”. Esta histórica obra contó con la participación de grandes músicos como Lito Vitale, Willy Crook, Semilla Bucciarelli, Piojo Ábalos, Tito DÁverio y Gonzalo Palacios y Claudia Puyó; entre muchos otros. La gráfica del disco quedó a cargo de Rocambole, mientras que La Negra Poli brilló como una de las mejores managers del momento. El disco fue un éxito rotundo, se vendieron más de 7000 discos hechos artesanalmente.
La banda se disolvió en el 2001 dejando 11 discos grados y decenas de miles de fanáticos en todo el país. Hasta el día de hoy se siguen sumando fanáticos de los icónicos temas como “JiJiJi”, “Mi perro dinamita”, “Ñam fri fruli fali fru” “Masacre en el puticlub”, “Un poco de amor francés” y “La Gran Bestia Pop”. Al día de hoy, en youtube las videoreacciones de estos temas se cuentan por millones.

Skay en más de una oportunidad rechazó el concepto y la construcción simbólica del “solista”. En una entrevista a Infobae afirmó: “Siempre vi como solista al tipo que llama a los músicos ocasionalmente o cambia de banda y todo sigue sonando igual. Yo, si cambiara la banda, cambiaría el sonido”.
Acompañado por Daniel Colombres en batería y Claudio Quartero en bajo; con producción de la "Negra Poli", en el año 2002 lanzaron el disco “A través del Mar de los Sargazos”. En el 2007 llegó el tercer disco, momento en el cuál la banda adoptó el nombre “Skay y los seguidores de la Diosa Kali”. En sintonía, Daniel Colombres fue reemplazado por Mauricio Topo Espíndola en la batería.
Finalmente el 2012 adopta el actual nombre “Skay y Los Fakires”; con Oscar Reyna en guitarra, Claudio Quartero en bajo, Javier Lecumberry en teclados y "Topo" Espíndola en batería.
Paralelamente Skay abandonó el ostracismo, el exclusivismo, que solía rodear a la mística ricotera para comenzar a compartir el escenario con grandes y pequeñas bandas/invitadas. Este giro también hizo que junto a los Falkires se presentara por primera vez en el Festival Cosquín Rock.


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PH: Annemarie Heinrich - 1960 |
“Que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruya, hay millones de caricias que alimenta a la vida.” Esta fue la consigna y la vida de un hombre platense que pasó las peores tragedias, pero que siempre salió adelante con un mensaje de Paz y Amor para el Mundo.
Un Hijo de a Calle
El 21 de mayo de 1937 un hombre llamado Rodolfo Cabral vació una casa y abandonó a mujer de 29 años, embarazada y con seis hijos. A las pocas horas, el padre de dicho hombre y propietario del lugar los expulsó porque no habían pagado el alquiler. A las pocas horas, literalmente en una calle perdida de la ciudad La Plata, nació un niño bautizado como Rodolfo Enrique Cabral Camiñas, alias Facundo.
Cansada y con trabajos inestables como modista/costurera, Sara alteró viajes entre Tierra del Fuego y Berisso para poder subsistir con la ayuda de una abuela. Facundo Cabral diría con afecto: "Soy el orgullo de mi abuela, quien es la vergüenza de la familia".
Sus primeros ocho años trascurrieron como una tragedia tras otra. Cuatro de sus hermanos fallecieron por el frío, la mala alimentación y las enfermedades típicas de la pobreza extrema de los años ’40. En estos años no solo sufría la ausencia de un padre y de la pobreza, sino también el castigo de una sociedad intolerante. Su propio abuelo materno le negó derecho a compartir la mesa familiar "por parecerse físicamente a su padre"
Sara recién logró la estabilidad laboral gracias a una intrépida jugada de Facundo. Caminando por las calles de Buenos Aires escuchó el apellido de "Perón" e intentó ingresar a la Casa Rosada. Al no conseguir que le den una cita porque era un niño de 9 años, alguien le contó que el Presidente estaría el 19 de noviembre de 1946 en los Festejos por el cumpleaños de la Ciudad de La Plata. Dicho y hecho Facundo volvió al barrio que lo vio nacer y espero la llegada de comitiva. Finalmente el automóvil paró frente a la Catedral, e inmediatamente Facundo burló la guardia presidencial para preguntarle al Domingo Perón "¿Hay Trabajo?". Completamente sorprendida, Evita respondió: “¡Por fin alguien que me pide trabajo y no limosna!” A los pocos días llegó la gran noticia, Evita le consiguió un trabajo como portera escolar y una casa a doña Sara en el Partido de Tandil.
Volver a las Calles
Tras la mejora habitacional en Tandil, Facundo comenzó a trabajar en el campo y se volvió sumamente reservado, depresivo. En una entrevista con Leonardo Padrón en Los Imposibles contó qué: "de noche en el campo se hace fuego, se come el asado y da vuelta la guitarra, se canta y ¿qué otra cosa?... se toma ginebra, se toma vino. Yo no me di cuenta de que el alcohol me ayudaba a no ver, yo no quería ver".
Rodeado nuevamente por la adversidad y marginalidad, a los nueve años cayó en alcoholismo y a los 14 fue acusado y condenado por hurtar unas botellas de alcohol. Lo condenaron a cuatro años de detención en un reformatorio. Pero esta vez tuvo la suerte de conocer un cura jesuita que le cambió la vida. Con su ayuda aprendió a leer, escribir y a desarrollar una pasión por la sabiduría en general. En solo tres años terminó la primaria y la secundaria. Luego huyó de la cárcel con ayuda de su mentor. Una vez más en la calle, conviviendo con vagabundos, profundizó sus sabes de religión, música y sociedad.
“El 24 de febrero de 1954, un vagabundo me recitó el sermón de la montaña y descubrí que estaba naciendo. Corrí a escribir una canción de cuna, Vuele Bajo, y empezó todo."
La Voz de la Calle
Siguiendo los pasos de los folkloristas de Atahualpa Yupanqui y a José Larralde comenzó a forjar su trayectoria en la música popular y de protesta. Por aquellos años la Argentina se debatía entre modelos políticos autoritarios y democráticos, de izquierda y de derecha. Muchas veces los problemas políticos se pretendían resolver con golpes de estado, asonadas militares, represión, guerrillas, atentados terroristas y terrorismo de estado. Pese a la violencia arraigada en el país y en Latinoamérica, Facundo Cabral eligió "La Revolución de la Paz”.
Finalmente en 1970 grabó su primer disco “No soy de aquí ni soy de allá”, traducido en nueve idiomas y con la participación de grandes artistas del momento como Julio Iglesias, Pedro Vargas y Alberto Cortez.
Pese a ser un cantautor de la paz, su mensaje humanitario y crítico fue muy mal visto por los sectores de extrema derecha argentina. En el marco de la represión parapolicial de la "Triple A", y la siguiente Dictadura Militar de 1976, debió exiliarse en México para salvar su vida. Pero este destierro no hizo más que potenciar su espíritu de trovador viajero, pues la censura lo impulsó a recorrer más de 150 países. Sus canciones se tradujeron en 30 idiomas diferentes.
Volver a la Argentina
Cuándo logró retornar a la Argentina (1984) ya era un gran artista consagrado que reunían miles de personas en cada concierto. En este tiempo conoció a las más grandes personalidades y celebridades del mundo. Pero principalmente se alimentó de las sabidurías casi anónimas que fue conociendo y plasmando en sus poemas y canciones. Por eso mismo sus libros, poemas y canciones está plagada de referencias a personas comunes como "un anciano", "un vagabundo" o "una madre".
Pese al gran éxito, no cambió de filosofía de vida bohemia y su incansable lucha por la paz. Tristemente, tampoco desaparecieron las grandes tragedias que lo rodeaban. En 1979 falleció en un accidente de avión su primer gran amor, quien estaba embarazada de su único hijo. Facundo recordaría este suceso como uno de sus mayores dolores en la vida.
En 1996 alcanzó su máximo reconocimiento. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO-ONU) lo galardonó como el “Mensajero Mundial de la Paz”. Su repertorio de música, poesía, narraciones, improvisación y humor cubrían todos los aspectos de la vida, desde la necedad del odio y las guerras hasta los mínimos placeres cotidianos y la autoayuda frente a la depresión.

La edad y el ritmo de vida le pasaron factura a su cuerpo: perdió gran parte de la vista, desarrolló hipertiroidismo, problemas en los huesos y oído, entre otros malestares. Aunque su mayor drama fue el cáncer en la vejiga, lo cual llevó a someterse a quimioterapia y operaciones cada tres meses. Inicialmente el diagnóstico no le daban más de 4 meses de vida. Aun así no bajó los brazos porque quería terminar su inagotable obra.