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La Tragedia del Teatro Argentino

Visita La Plata | 21:25 |

Un asfixiante humo comenzó a cubrir el cielo. Los ojos llorosos de los presentes contemplaban el trágico escenario. El edificio era iluminado por las llamas, y envuelto por la una densa nube de humo. Mientras tanto, por las ventanas algunas valientes manos intentaban salvar parte del patrimonio histórico del Teatro Argentino.

Junto a los primeros cimientos de la ciudad de La Plata, en 1890 se había levantado un gigante de la cultura: El Teatro Argentino. Durante décadas fue uno de los mayores emblemas líricos de Latinoamérica. Durante sus primeros 30 años de vida pasaron por su escenario la bailarina Ana Pavlova (Rusia), la dramaturga María Guerrero (España), la soprano Emma Carelli (Italia) y la soprano María Farnetti (Italia); entre muchas otras personalidades de renombre internacional.
Pero el lunes 18 de octubre de 1977 la majestuosa historia tendría un capitulo oscuro que aun se recuerda la memoria de muchos platenses. 
Eran las 14:30 horas. El cuerpo de Ballet y el Cuarteto Almenares debían iniciar sus ensayos, pero algo ocurrió. Una inusual luz se apoderó del telón como consecuencia de un reflector tipo “pirata” mal ubicado. La llama se extendió rápidamente ante los artistas y trabajadores que intentaron contener el fuego. Pero por desgracia el viejo edificio sufría los recortes presupuestarios implementados por la Dictadura Militar. La carecía de fondos impidió que se modernizaran lo sistemas anti-incendios; y peor aun, tampoco funcionaba correctamente el instalado.

PH: Archivo Histórico del Teatro Argentino

En la desesperación por salvar al Gigante, los artistas y empleados intentaron cortar y arrancar el inmenso telón de felpa roja alemana. Pero el calor, el humo y las llamas los comenzó a vencer impidiéndoles respirar. Nada se podía hacer frente a los 840Kg de tela encendida. Había que evacuar y salvar lo que se pueda. 
El boca en boca corrió rápido por la ciudad “Hay un incendio en el Argentino”. El fuego se expandió por el decorado, la sala y los depósitos del techo. Se abrieron las puertas y se rompieron los vidrios para intentar salvar la mayor cantidad de objetos y pertenencias: vestidos, sillas, decorado, instrumentos musicales e imágenes. 
La inmensa columna de humo comenzó a cubrir el microcentro platense. La madera crujía con el avance de las llamas. La estructura agonizaba y no alcanzaba el tiempo para salvar más pertenencias. Finalmente el mismo techo comenzó a desplomarse hacía las 16 horas. El viejo teatro de 77 años estaba muriendo, pero noblemente no se cobró ninguna víctima fatal de las 80 personas que estaban presentes al momento del siniestro.

Los cuerpos de bomberos trabajaron durante horas contra una inmensa llama que quería consumirlo todo. Llegaron profesionales y voluntarios desde todos los rincones de la ciudad y de partidos aledaños: La Plata, Berisso, Ensenada, Villa Elisa, Berazategui, Florencio Valera, Quilmes, Rio Santiago y hasta el cuerpo especializado de YPF. Más de 400 efectivos entre bomberos, salud y seguridad se unieron al esfuerzo de salvar al Argentino.
Desde edificios cercanos se pudo ver resplandor anaranjado que se filtraba entre las nubes de humo y cenizas. Las crónicas e imágenes de la época lo asemejaron al inmenso foso de un volcán; una erupción que devoraba los mayores tesoros: mobiliario, documentos, libros, cuadros, fotografías, esculturas, instrumentos, vestuarios, ornamentos, tocados, maquinaria, decorados, historias de vida y anécdotas. Incluso las llamas también arrasaron con una pequeña oficina de la UNESCO y una colección de banderas nacionales que se izaban en el Jardín de la Paz.

“Las llamas nunca podrán consumir la lírica”
Placa Homenaje - ProArte – 18 de octubre de 1977

La gigantesca hoguera había arrasado con casi todos los objetos materiales dejando solo una oscurecida fachada exterior y una colección de hierros retorcidos. Pero pese a la furia y dolor, el fuego no pudo destruir el amor, la lucha, los recuerdos y el espíritu existencial del Teatro Argentino de La Plata.
Incontables generaciones y familias habían dejado su huella en la Institución, y desde el día cero comenzaron los llamados a la subsecretaria de cultura de la provincia de Buenos Aires para ofrecer ayuda en la reconstrucción.
Los mismos cuerpos estables del Teatro se organizaron en asambleas para encabezar el camino de las refacción. Hicieron presentaciones en el Jardín de la Paz y otros escenarios locales hasta que en 1990 ocuparon la sala del cine Gran Rocha. Las primeras colectas se invirtieron en adquirir nuevos instrumentos musicales e insumos básicos que mantengan activos los diferentes cuerpos y talleres.
Pese al inmenso esfuerzo, pocos fueron los objetos que se pudieron recuperar íntegramente de las llamas. Un caso especial ocurrió con una estatua tamaño natural de la Virgen de Tosca. La misma no había podido ser extraída del edificio, por lo cual quedó plenamente expuesta a las llamas, los derrumbes y el agua. Pero después de recoger los escombros, ahí estaba intacta la figura de la Virgen María. Desde entonces la muy apreciada imagen es conocida como “La Virgen de las Cenizas”. A su pies reza la leyenda “El amor es la llave del Paraíso”.

Tras ser demolido, en 1979 se presentaron más de 70 proyectos para la reconstrucción, pero esta se tardaría más de 20 años. Las crisis económicas, el desinterés político por el Arte y situaciones de posibles actos de corrupción terminaron postergando las definiciones.
Recién en 1999 el Teatro Argentino volvió a la vida, esta vez con un estilo arquitectónico brutalista, seleccionado durante el gobierno de facto. Ese año se inauguró la Sala Lírica Alberto Ginastera con una capacidad de 2000 personas. Al año siguiente se estrenó la Sala Astor Piazzolla, especializada para las artes de cámara y con una capacidad de 300 personas. Con el paso del tiempo se fueron reacondicionando otros espacios destinados a exhibiciones temporales

El Antiguo Edificio

Los orígenes del Teatro Argentino se remontan a 1885, con la mismísima fundación de la ciudad de La Plata y con la llegada de las primeras olas migratorias al país. Con una fuerte presencia de vecinos aficionados a las arte escénicas se formó la Asociación Anónima Teatro Argentino. El proyecto recayó el en arquitecto Leopoldo Rocchi, quien diseñó un modelo en base de las grandes construcciones renacentistas europeas.
En 1887 comenzó la construcción, y finalmente el 19 de noviembre de 1890 el Teatro Argentino fue uno de los primeros grandes regalos de cumpleaños que tuvo la ciudad. El financiamiento provino de aportes privados, prestamos del banco hipotecario y por el alquiler/venta de palcos.
La estructura general se organizaba con un enorme subsuelo, una planta baja y cinco pisos superiores. El enorme escenario de 580 metros cuadrados culminaba en una boca de escena de 14 metros de ancho por 17 de alto.
En 1910 la Sociedad se declaró en quiebra por un monto de 820 mil pesos, y para impedir la pérdida definitiva de una institución tan valiosa y querida, en 1928 quedó bajo la jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires.


https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

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