El Escudo de la UNLP
Muchas veces vemos a los símbolos cómo dibujos curiosos que nos pueden o no gustar, pero en realidad son mucho más que los trazos virtuosos de un artista. Estos conjuntos de líneas, colores y sombras narran las historias, ideas, cambios y sucesos dentro de una institución. El majestuoso escudo de la Universidad Nacional de La Plata es exactamente eso, la representación de una ideología y de una lucha continua por el conocimiento científico en el país.
La historia del Escudo de la UNLP se remota a la propia fundación de la Universidad Provincial, cuándo en 1897 el propio Dr. Dardo Rocha propone un primer símbolo. Visualmente era muy diferente al actual, pero las ideas son muy similares: La ciencia cómo camino iluminador hacía la verdad, el compromiso con la Patria y la identidad regional.
El primer logo de la primitiva universidad estaba muy influenciado por el esquema de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Se basó en una forma circular dónde la Diosa Atenas se reposa al margen del Río de La Plata mientras utiliza su antorcha para iluminar el conocimiento. Mientras que con su mano izquierda sostiene el escudo de la ciudad de La Plata.
El fracaso y la posterior nacionalización de la Academia (1905) indujeron necesariamente a la creación de un nuevo escudo. Esto ocurrió en 1907 por pedido del Dr Joaquín V. González y con la colaboración del químico Enrique Herrero Ducloux. Visualmente el cambio fue radical: perdió la forma circular, adoptó el latín, remplazó el paisaje, se sustituyó el escudo platense y se incorporaron las emblemáticas hojas roble. Si bien el nuevo grabado tuvo un cambio rotundo, los ideales positivistas y científicos del momento se mantuvieron.
Finalmente, el 8 de febrero de 1924 el Presidente de la Universidad Nacional de La Plata, Benito Anchorena, emite una resolución para unificar los colores del escudo oficial y difundirlo en copias oleográficas en todas las dependencias. De esta manera, el logo blanco y negro de 1907 se readapta y consolida cómo el mayor símbolo gráfico de la Casa de Altos Estudios. La unificación y modernización quedó bajo la mano de José Manuel de la Torre, un artista y profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes.
La gráfica de 1924 marca un antes y un después. No solo se adaptaron los colores por una cuestión estética y práctica, el escudo posee un cambio radical para defender la Educación Pública. En 1907 la Argentina miraba hacía una Europa sumergida en la “Belle Epoque”, un periodo en el cuál se veía a la ciencia y la ilustración cómo garantes del progreso humano. Pero en 1924 ya todo había cambiado, la Primera Guerra Mundial y los partidos fascistas comenzaron a atentar contra las Universidades de todo el mundo. En consecuencia la Diosa Atenas cambia su vestido y antorcha por un traje de guerra para defender a los estudiantes, la autonomía y el reformismo.
Pese a la resolución presidencial de 1924, no fue hasta el 24 de agosto de 1960 cuándo el Consejo Superior de la UNLP ratificó las modificaciones. Esta demora de 40 años se explica tristemente por los convulsionados años entremedio: el Golpe de Estado de 1930, la Década Infame, el choque entre las Universidades y el Presidente Perón por la autonomía, el Golpe de Estado de 1955 y la continua persecución de profesores y estudiantes.
Que en 1960 se haya vuelto a debatir la heráldica de la UNLP, conservando el traje de guerra, tampoco es casual. El país había vuelto a la democracia en 1958, pero el gobierno radical del Dr Frondizi padecía constantemente las asonadas militares y presiones para aplicar medidas económicas liberales. Y particularmente en el plano educativo, las Universidades Nacionales se enfrentaban por primera vez a la competencia de las Universidades Privadas, sumado a los intentos de un arancelamiento y/o privatización.
La UNLP siempre fue un hogar natural y de convivencia pacífica para las corrientes de pensamientos liberales, socialistas, radicales, comunistas y peronista. Pero esta convivencia no siempre fue bien vista desde afuera. Las consecuencias se pagaron con alto precio: fuga de cerebros, listas negras, asfixias presupuestarias, cierre de actividades, represión, secuestros y asesinatos. Pero a la larga, con todas las crueles heridas recibidas, la Universidad prevaleció y creció.
Los Detalles Heráldicos:
Con casi 100 años de uso, el actual emblema posee decenas detalles que lo transforman en una de las heráldicas universitarias más complejas, aunque muchas veces los detalles se pasan por alto.
Un hermoso cielo nocturno encabeza el primer tercio del escudo, junto a seis puntos brillantes. En el lateral derecho se observan dos estrellas, Alfa y Beta Centauri, las cuales además de ser las más próximas a nuestro sistema solar, son las que confirman la ubicación de la Constelación Cruz del Sur. Este conjunto de 4 estrellas, ubicadas a la izquierda, poseen un gran valor dentro de la navegación y en las mitologías de muchas culturas del mundo. Son una referencia universal del viaje rumbo al conocimiento y el progreso. Estos mismos astros los encontramos en el primer logo.
Entre la oscuridad del cielo y la amplia llanura pampeana, en el margen del horizonte crecen las siluetas de las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada. Con el paso de los años esta sección de la heráldica se fue actualizando.
Una enorme figura de la Diosa Palas Atenas reafirma y protege la escena. Se trata de la divinidad greco-romana el conocimiento, la inteligencia y el ingenio. No es dato menor que lleve su escudo, una lanza y yelmo de guerra. En sus orígenes llevaba una antorcha para iluminar la noche con el saber, pero en 1924 adoptó una postura protectora de la educación.
Bajo el abrazo del cielo y de la Diosa Atenas, dos jóvenes estudiantes (femeninas) se encuentran sentadas, pensativas, concentradas en el estudio. Una posee un libro, mientras que la otra tiene un globo terráqueo. Respectivamente aluden la Ciencia y las Letras.
Todo el escenario descansa sobre un lecho de Hojas de Roble, otro dibujo emblemático dentro de la Universidad. Este es el favorito árbol del Dios Zeus, el padre de la Diosa Atenea, y sinónimo de firmeza, vigor, severidad y perennidad.
El Escudo Nacional y las Cintas Nacionales reafirman la identidad y pertenencia a la República Argentina, el cual en sus inicios fue negado por el Gobierno Federal. Por su parte, el lema oficial es el mismo pensado por Dardo Rocha: “Por la Ciencia y la Patria”.
La Universidad Nacional de La Plata es una de las instituciones más grandes e importantes del Latinoamérica. Además posee una gran influencia en la vida cotidiana en todo el Gran La Plata. No solo es un lugar de estudio que creció en sintonía con la ciudad. Se trata de todo un proyecto de crecimiento conjunto para eje en la educación, la ciencia, la investigación, el desarrollo social y el continuo progreso.
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