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Masones, constructores de la ciudad

Visita La Plata | 18:40 |

Hablar de la masonería es casi sinónimo de misterio, mitos, planes secretos y poder. Aunque en La Plata esto tomo un significado diferente, pues sus huellas están a simple vista, en los lugares más emblemáticos e incluso en nuestras más cotidianas costumbres.

La mayor parte de la población obviamente no son miembros de alguna Sociedad Masónica, incluso tal vez ni siquiera conozcan nada sobre su actual existencia. ¿Pero porqué es tan importante e influyente? ¿Porqué es casi imposible hablar de La Plata sin mencionar la masonería para bien o mal?

¿Qué es la Masonería?

La organización surgió en secreto a fines del siglo XVII, de la mano de los artesanos y albañiles de los grandes templos/palacios; en contexto de la ilustración. Con el paso de los años se volvieron organizaciones públicas que interactuaban entre sí formando instituciones más grandes e influyentes. A lo largo del tiempo diferentes gobiernos, políticos y líderes religiosos buscaron exterminar las Logias prohibido su funcionamiento y persiguiendo a sus miembros. La seguridad en esos tiempos fomentó el hermetismo interno, mientras que hacía el exterior crecieron los mitos, las especulaciones, las difamaciones y represión. Algunos de los promotores de esta persecución y ola de asesinatos fueron los dictadores Adolfo Hitler, Francisco Franco, Antonio Salazar y Iosef Stalin.
Actualmente la masonería se autodefine como una “Sociedad Filantrópica, Filosófica y Progresista”; con los objetivos de la exhalación y perfeccionamiento de las altas virtudes humanas. En otras palabras; es una organización que piensa, reflexiona y trabaja por un continuo perfeccionamiento de ser humano-individuo y del bienestar de toda la sociedad mundial. Pero siempre bajo la comprensión de una continúa evolución guiada por la ciencia y la inmortalidad del alma.
La Fundación de la ciudad de La Plata marcó un antes y un después en la Argentina. Fue el final de una guerra civil, la división del poder, los primeros pasos en la multiculturalidad y el inicio de la modernización. Por ello no es de sorprender que sus fundadores y primeros habitantes hayan pertenecido a alguna logia masónica.

El ex-gobernador Juan José Dardo Rocha

El fundador de la ciudad de la ciudad de La Plata. Su padre lo inició en la Gran Logia Constancia N° 7 de Buenos Aires  en 1858, siendo un joven de 20 años. En primera persona presenció el sufrimiento de la guerra entre el Estado de Buenos Aires con la Confederación Argentina.  Años más tarde, en abril de 1863 presentó su histórica tesis doctoral que se resume bajo la idea de: “La ley federativa es la única compatible con la paz y la actual libertad del país”. Al año siguiente comenzó su brillante carrera política como diputado de la legislatura de Buenos Aires, al Congreso Nacional y a la Gobernación de la Provincia. Este fue un largo y pesado camino, pero llegó a cumplir con gran parte sus sueños. Desde luego, no lo hizo solo.

El Ingeniero y Arquitecto Pedro Benoit.

Construir una ciudad desde cero requiere de muchos arquitectos e ingenieros de confianza que trabajen con una perfecta coordinación. Y Pedro Benoit fue aquél hombre que supo complementarse y materializar las ideas de Dardo Rocha. 
Su padre lo inició en la Gran Logia Consuelo del Infortunio N°3 de Buenos Aires. Su carrera profesional había comenzado en 1850 en el Departamento Topográfico. Desde este lugar fue la mente maestra detrás de la canalización del riachuelo y línea férrea hasta Tolosa. Por el conocimiento del terreno, experiencia, capacidad y compromiso con la idea; se transformó en la mano derecha de Dardo Rocha y el hombre a cargo de todo el Cuerpo de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires. Su manos y mensajes se puede ver en muchas obras específicas, como en la Catedral, el trazado urbano y el mismísimo cementerio. Este último es de gran importancia simbólica para la masonería.

Juan Martín Burgos.

El trazado urbano de la ciudad de La Plata representa a la perfección las ideas racionalistas e higienistas del momento, incluso se encuentra exhibido en uno de los museos de Washington, EEUU. Muchas veces se cree que el creador fue Pedro Benoit, quien seguramente dejo su marca, pero el principal ideólogo fue el arquitecto Burgos; quien había ingresado a la Gran Logia Confraternidad Argentina en octubre de 1875. El trazado es un documento doblemente valioso. Por un lado plantea una visión urbana revolucionaria para la época (distribución, tránsito, geometría, diagonales). En otro sentido, es una prueba de la magnitud que pueden tomar los símbolos ocultos masónicos. Las diagonales de la ciudad forman el emblemático compás, escuadra y la plomada de la masonería. También se puede graficar un enorme rombo obtuso que unifica plazas que fueron bautizadas con los nombres de reconocidos masones que participaron en la Guerra por la Independencia.

Presidente Domingo Sarmiento y Nicolás Achaval.

Antes de 1882, el ex-Presidente y máximo referente del gran proyecto educativo del país, se oponía fervientemente a la idea de Dardo Rocha, pues creía que el lugar de emplazamiento debía ser la Isla Martín García (Argirópolis). Pero luego de su inicial rechazo se transformó en uno de los más acérrimo defensores. Su rol se centró principalmente en la educación. Impulsó la construcción del Colegio Normal I bajo la dirección de la norteamericana Mary Olstine Gram, quien había llegado al país para formar las primeras maestras profesionales. Bajo esta labor trabajó estrechamente con el ministro de educación bonaerense Nicolás Achaval.
Años antes, Sarmiento ingresó a la Gran Logia Unión Fraternal de Valparaíso (Chile), en 1854 durante su exilio. Al año siguiente se sumó a la creación de la Logia Unión del Plata N°1 (Argentina). En 1860 habría recibido el Grado 33.

Rafael Hernández y Joaquín V. González.

Cuándo la ciudad de La Plata aun estaba en construcción, sus habitantes eran principalmente obreros de diferentes nacionalidades. Pero en paralelo a la construcción de una nueva capital también se elaboraban nuevos principios para una mejor educación. La urbe necesitaba una Casa de Altos estudios que fomente el conocimiento científico y sea motor del asenso social.
En 1889 Rafael Hernández encabezó el proyecto de ley para crear la Universidad Provincial de la Ciudad de La Plata, base la futura UNLP. Previamente, el 4 de agosto de 1879 había ingresado a la Lógica Caridad N°22 y también participó de la fundación de la Logia La Plata N°80. Su hermano José, autor del libro "Martín Fierro" y quien dio nombre a la Ciudad, fue miembro de la Logia Asilo del Litoral N°18. En esta cruzada lo acompañaron Marcelino Aravena, Emilio Carranza y Valentín Fernández Blanco; siendo también masones.
Desde sus orígenes la Casa de Altos Estudios no pretendía solo expedir títulos, también sería un experimento para transformar el enfoque del conocimiento y su aplicación. Pero su baja popularidad, la oposición del gobierno federal y la competencia con la UBA y la UNC casi la llevó al cierre definitivo. En 1905 el Dr Joaquín V González logró la nacionalización y salvar a la institución. A diferencia de otra universidades locales, surgió con una propuesta netamente científica, laica y arraigada en la investigación de conocimientos que cooperen con el desarrollo cotidiano de la ciudad. 
El Dr González había ingresado a la Gran Logia Piedad y Unión N°34 (Córdoba) en 1881, con la firma de un reconocido Gran Maestre: Domingo Sarmiento.

Ameghino, Korn y Palacios.

No solo la fundación de la ciudad de La Plata está marcada por la masonería, también su evolución y las generaciones que le siguieron. 
En 1942 socialista Alfredo Palacios encabezaba la Universidad Nacional de La Plata, y en homenaje al cumpleaños de la ciudad donó el monumento “Los Cinco Sabios”; dos de ellos fueron grande científicos y miembros activos de las logias.
El dr Alejandro Korn ingresó a la Logia Germania N°19 en junio de 1881. Fue el mayor impulsor de la colonia psiquiátrica de Melchor Romero, perfeccionó los sistemas educativos. También incursionó en la filosofía y se transformó en un referente del movimiento estudiantil reformista que consolidó al país como potencia educativa.
En la histórica Logia La Plata N°80, fundada por Pedro Bonoit, entre muchos científico destacados figura Florentino Ameghino. Un autodidacta que principalmente se destacó en la paleontología, geología y zoología marcando las bases nacionales y sudamericanas. Su relevancia hizo que un cráter de La Luna lleve su nombre. Mientras que en el ámbito local su tumba se encuentra en el epicentro del cementerio.
Por su parte, el histórico político que modernizó las legislaciones sociales y laborales del país, Alfredo Palacios, se había iniciado en la Gran Logia Libertad N°48 en el año 1901.

Resumir la historia, el vínculo y los personajes de la sociedad francmasónica con la ciudad de La Plata es un trabajo arduo, infinito. Incluso caería en la injusta por la imposibilidad de recopilar y resumir tantas historias. Desde el arquitecto Ernest Meyer, una de las mentes maestras detrás de la Catedral; Manuel Langehheim, creador de Sociedad de Beneficencia de La Plata y Decano de la Facultad de Agronomía-Veterinarias (Logia Unión del Plata, 1856); y hasta Carlos Mauricio Schweitzer, fundador del Banco Constructor de La Plata (trenes y puertos). Y sin olvidarnos en el medio de Carlos D´Amico, Carlos Fajado, Miguel Goyena, Luis Monteverde, Julio Serna, Pedro Bena, Carlos Glade, Germán Kuhr, Miguel Pérez, Nicolás Calvo, Julio Arditi y Paulino Campbell; algunos de los muchísimos profesionales y políticos que participaron. Por si no fuera poco sería necesario enlistar a los cientos de obreros anónimos que también formaban partes de las logias y pusieron la fuerza física para labrar, transportar y colocar cada ladrillo de la ciudad. Y todo esto sin mencionar a los miles de obreros anónimos que también formaban partes de las logias y pusieron la fuerza humana para labrar, transportar y colocar cada ladrillo de la ciudad. 

Sin ir más lejos, cuándo el 19 de noviembre de 1882 se colocó la Piedra Fundacional, dentro de la cápsula el tiempo se incluyeron medallas de varias Logias. "Unión Italiana", "Cofraternidad Argentina", "Regeneración", "Tolerancia", "Luz y Verdad", "Caridad", "Abrham Lincoln", "Liberi Pensatori", "Cárita", "Protectora de los Pobres" y "Progreso". El mismo diario El Día, el 11 de julio de 1885 reafirmó la importancia masónica para el desarrollo de la fundación y construcción.

Las principales instituciones de la ciudad fueron ideadas, construidas y/o reformadas por miembros de las logias masónicas. El fácil tránsito por las calles de un rincón a otro de la ciudad es porque detrás existió una idea de comunicar y unir a la población. Si en los monumentos y esculturas prevalecen las valores de la "libertad, democracia, república, trabajo, ciencia y familia", no fue un acto casual. Si la ciudad de La Plata desarrolló una identidad con los valores de: Libertad, Fraternidad, Ciencia, Educación e Igualdad; nuevamente tampoco es fruto del azar. A fin de cuentas basta con recordar y enlazar la conjunción de tantas personas, símbolos y creencias de la francmasonería durante los primeros años de nuestra hermosa Capital.

"La Plata fue una obra consciente, especulativa y operativa de los Hermanos Masones con un Sentido Constructivo"
(Eduardo Sebastianelli - Revista Online Symbolos.com )


https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

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