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Plazas: Nombres que Cambian

Visita La Plata | 20:57 |

¿Cuál es el verdadero nombre? ¿Parque San Martín o Vucetich? ¿Plaza Brandsen o Perón? ¿Brown o Sarmiento? Para cambiar el nombre de un espacio verde se necesita la aprobación de una Ordenanza Municipal, pero lograr la aceptación vecinal es un asunto más complejo. Y justamente este es un debate que se mantenido vigente durante décadas en nuestra ciudad. Una puja entre lo legal y las costumbres populares.

Al momento de ser planificada y construida la ciudad de La Plata, el Dr Dardo Rocha tenía una idea muy clara: homenajear a los Revolucionarios de Mayo, al General San Martín y algunos ex Presidentes. Pero aquí nacieron dos problemas. En primero fue que había más plazas que nombres acordados. El segundo se originó porque los edificios públicos se consolidaron primero que las plazas imponiéndose referencias alternativas. Y como punto agregado posterior, con el paso de los años también cambiaron los objetivos de los gobiernos locales.

Parque Vucetich vs San Martín.

Sin dudas este es el caso más conocido y que más pasiones despierta. En sus orígenes se pensó que debía homenajear al Libertador de América José de San Martín, pero el bautismo se fue postergando. De este modo se consolidó el nombre popular de “Plaza de Armas” por la presencia habitual del Regimiento N°7.
Entrado el siglo XX, con el crecimiento demográfico de la Ciudad llegó el momento de bautizar masivamente los espacios según lo acordado en 1882; es decir “Parque San Martín”. La historia podría haber terminado ahí, pero en 1917 es rebautizado como “Parque Bartolomé Mitre”. Esta decisión fue consecuencia del re bautismo de “Plaza San Martín” (1912). Cómo este cambio tampoco fue bien recibido, en 1926 se aprobó el nombre “Juan Vucetich” en homenaje al antropólogo platense (por adopción) que había fallecido un año antes. Su inmenso trabajo había cambiado el mundo y puso al país en la vanguardia de la ciencia criminalística.
Para bien o para mal, el re-re-bautismo no fue acompañado por políticas públicas que ayuden a asimilar el nuevo nombre. No se instalaron placas, monumentos ni nada que consolide el símbolo. Peor, los documentos oficiales, la cartelería y hasta los mapas alimentaron esta confusión porque algunos ponen Vucetich y otros San Martín. En consecuencia, a casi 100 años del nombramiento, la disputa aun continúa.

Plaza Rosas vs M. Paz vs Tacuarí.

Este es un caso muy particular porque existen tres nombres en puja, dos ellos muy polémicos por las implicancias políticas.
Ubicada en 13 y 60, fue una de las primeras plazas en ser parquizadas por los continuos reclamos de los vecinos. Pero cuándo en 1901 se inicia la gran ola de bautismos, esta recibió el nombre de Máximo Paz, quien había sido gobernador entre 1887 y 1890. Una persona que habría llegado al poder como agradecimiento a reiteradas traiciones políticas. Su gestión se basó en destruir todo el legado del Dr Dardo Rocha, ahogar el presupuesto de la ciudad, privatizar el Ferrocarril del Oeste (daba ganancias), casi quebrar el Banco Provincia y ser protagonista de la hiper corrupción con su empresa “Máximo Paz y Cía”. El nivel de repudio social fue tan alto que se terminó por instalar un monumento en homenaje a Pedro Ríos (1924), conocido como “Tamborcito de Tacuarí”. Desde entonces el predio es conocido por la figura del niño patriota.

Casi un siglo después, el 19 de diciembre de 2001, la Municipalidad aprobó la Ordenanza 9376 para rebautizarla como “Plaza Juan Manuel de Rosas”. Nuevamente jamás se hicieron consultas ni acciones para acordar el nombre con los vecinos. Además no deja de ser otro nombre polémico si se considera que durante la gestión de Rosas, el infante Dardo Rocha debió vivir en el exilio por culpa de la persecución política contra su padre. Tampoco está por demás decir que Rosas era un ferviente y reconocido anti-masón. Su apellido fue mala palabra y sinónimo de totalitarismo en los recintos legislativos durante muchas décadas.

Plaza Perón / Brandsen:

Se trata de una sencilla y tranquila plaza periférica que protagoniza un duelo de gigantes. Un prócer independentista contra el político más influyente del siglo XX.
Ubicada en 25 y 60, recién con la ordenanza N°74 del año 1928 recibió su primer nombre oficial: “Coronel Brandsen”. Él fue un militar de origen francés que luchó en las guerras de la independencia hispanoamericana y qué falleció en Combate Ituzaingó durante la guerra entre Argentina y Brasil. Este nombre fue muy bien recibido por los vecinos y pronto lo sumaron a las instituciones de la zona.
Todos estaban muy felices con el nombre, hasta que llegó la década del 50. El Presidente Juan Domingo Perón (1946-1955) trajo muchas mejoras laborales, sociales y educativas para la ciudad. Incluso aquí celebró su casamiento con Eva Duarte. Pero la otra cara de la moneda comenzó en 1951 cuándo se aprobó que la ciudad entera cambie su nombre por “Eva Perón” y que se construyan masivamente monumentos/placas en tributo al matrimonio, incluyendo la Plaza Coronel Brandsen. Esto no fue precisamente bien recibido en una población orgullosa de su identidad. 

Lejos de mejorar, las cosas empeoraron. Con el golpe militar de 1955 se prohibió cualquier alusión simbólica de Perón-Duarte. La ciudad, las plazas e instituciones recuperaron sus nombres originales, pero el precio fue una feroz represión que atentó también contra otros símbolos no-peronistas.
Tuvieron que pasar 50 años para que el líder del Partido Justicialista pueda volver a tener un lugar. El 5 de octubre de 1995 se aprobó la Ordenanza 8562 que rebautizó el predio como “Presidente Juan Domingo Perón”. Obviamente no fue bien recibido por los vecinos que se negaron a colaborar económicamente con la instalación de un monolito. Este recién fue colocado en el año 2019 por una gestión municipal no-peronista.

Plaza Irigoyen / V. Alsina:

Ubicada en 19 y 60, esta es la historia de uno de los pocos casos dónde el re-bautismo fue bien recibido.
Su primer nombre lo obtuvo en 1901 con la intención de homenajear al ex gobernador Valentín Alsina. Luego de haber sido un importante subsecretario del Presidente Bernardino Rivadavia, llegó a la gobernación bonaerense tras la caída de Manuel de Rosas. Pero lamentablemente su gestión de Alsina estuvo marcada por las fracturas políticas, la intolerancia y el unitarismo. Literalmente hablando, por su iniciativa, la Provincia de Buenos Aires se separó de la Confederación Argentina y comenzó una nueva la guerra civil. Su derrota marcó el inicio de la conocida “Maldición de los Gobernadores”.
Con el nombre de un político relativamente desconocido y polémico, el rebautizo no fue un proceso tan tenso. En 1975 se aprobó la ordenanza que la nombró como Hipólito Irigoyen, el primer Presidente Electo por sufragio secreto (UCR). Particularmente fue un político muy querido y arraigado a la historia de la ciudad. Víctima del Golpe de Estado de 1930, firmó su capitulación en nuestra capital.

Plaza Malvinas Argentinas / Sarmiento / Brown:

Este es el clásico ejemplo del “Efecto Mariposa”. Un pequeño cambio puede generar giros inesperados.
La plaza de 19 y 51 tiene una ubicación sumamente privilegiada. Tal vez por este motivo Dardo Rocha sugirió que sea bautizada en homenaje al ex Presidente Domingo Sarmiento. Pues salvando las diferencias generacionales, se tenían un mutuo respeto por los trabajos realizados a favor de la educación, la ciencia y la modernidad.
Tristemente en 1912, cuándo el predio aun no se consolidaba como tal, se decidió entregar las tierras al gobierno nacional, más exactamente al Regimiento de Infantería N°7.  

En modo compensatorio se propuso que la plaza de ingreso al Paseo El Bosque sea el homenaje a Sarmiento. Se demolió el arco triunfal que se encontraba con la promesa construir un gran monumento al ex mandatario. La historia podría haber terminado ahí, pero los años pasaron sin que se colocara un solo ladrillo. La idea se perdió en el tiempo, y en 1955 (gobierno de facto) decidió que el lugar debía homenajear al Almirante Guillermo Brown, héroe naval de las Guerras de la Independencia y del Brasil.
Delegado por el tiempo y el interés, en 1949 habría aparecido de manera totalmente anónima el busto de Sarmiento en la plaza de 19 y 66, la cual aún no tenía nombre. Siendo aun más tragicómico, debieron pasar otros 17 años para que este lugar sea bautizado en homenaje al padre de la educación pública.
Por su parte, cuando el Regimiento N°7 abandonó el centro de la ciudad, la plaza de 19 y 50 tomó su actual nombre de “Malvinas Argentinas” en tributo al reclamo nacional y a los ex combatientes.

Plaza Rivadavia / Plaza Italia / Plaza San Martín:

Es importante comprender que durante los primeros años de la ciudad había dos realidades sociales muy diferentes a la actualidad. En primer lugar el acceso a la educación pública recién estaba dando sus primeros pasos. En segundo lugar gran parte de la población local eran inmigrantes que ni siquiera hablaban bien el idioma. Es decir que muchas personas no sabían leer ni conocían en detalle la historia del país. Y en consecuencia los lugares tomaron el nombre de las instituciones más cercanas porque eran la referencia geográfica.
La actual Plaza Rivadavia fue una de las primeras en nacer, pero por mucho tiempo fue popularmente conocida como “Plaza de la Policía” por la presencia de la Jefatura. La disputa se resolvió en 1909 cuándo se instaló la estatua del Primer Presidente Republicano del país.

Si uno preguntaba por la “Plaza Ministerio de Hacienda”, lo normal era señalar hacía 7 y 44. Esto cambió en 1895 cuándo se la bautizó como “Plaza Italia” y se comenzó a construir el monumento. Es probable que la rápida asimilación también fuera influenciada por la gran cantidad de inmigrantes itálicos. 
Mientras que por su parte, la Plaza San Martín también se llamó “Plaza Primera Junta”, “Plaza Principal” o “Plaza del Ferrocarril”. Aquí pudo jugar como factor determinante el gran peso simbólico del General San Martín y la inmediata instalación del monumento. También este giro marcó el cambio de nombre del Parque San Martín/Vucetich (1917).

Poner, quitar o cambiar el nombre de cualquier cosa siempre fue y será un problema difícil de sobrellevar. Esto se debe que el lenguaje es uno los pilares más rígidos de las culturas. Solo pensemos en el término “platenoide” para Plutón, la quita de la CH y LL del diccionario y el desafió planteado por el “lenguaje inclusivo”. Rebautizar un espacio verde es proceso similar. A veces puede haber un acuerdo entre lo legal y lo popular, pero en otras ocasiones surgen tensiones que perduran durante décadas.



https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

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